¿Qué mitos solemos tener sobre las emociones?
Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.
Las emociones son reflejo de las necesidades básicas. Nos referimos concretamente a:
1. Necesidad de sentirnos aceptados (tanto por nosotros mismos como por otros)
2. Necesidad de sentirnos útiles, eficaces, que podemos controlar las cosas
3. Necesidad de sentirnos autónomos, que podemos dirigir nuestra vida
4. Necesidad de sentirnos seguros
5. Necesidad de sentirnos vinculados, pertenecientes a algo
Por lo tanto, si alguien por ejemplo siente tristeza, esta emoción le está avisando de que es posible que alguna necesidad básica no se esté cubriendo. Puede que esa persona haya roto una relación con alguien querido, y esa necesidad de sentirse aceptado o vinculado no se está cubriendo. Por lo tanto, es normal que se encuentre así, no es ningún “bicho raro”.
Mitos más frecuentes sobre las emociones
Solemos ¨demonizar¨ las emociones debido a las sensaciones interoceptivas percibidas que ellas producen (muchas veces molestas o insatisfactorias, por ejemplo la ansiedad), y todo lo que ellas nos hacen sentir (físico y emocional), muchas veces por desconocimiento y carencias de habilidades en su regulación se produce este rechazo hacia ellas, manifestando conductas de escape o evitación. Por tanto, es normal que existan en nuestro sistema de creencias una serie de mitos sobre las emociones.
Entre ellas mencionamos:
Las emociones desagradables son peligrosas e incontrolables
Las emociones son siempre constructivas, y si no se evitan son suaves.
Las emociones negativas no sirven para nada, son un estorbo, un sufrimiento
Las emociones desagradables son útiles, nos informan sobre nosotros mismos y sobre el entorno. Nos permiten tener intuición, planificar nuestro comportamiento. Mientras sean adecuadas en intensidad y duración, son una herramienta.
Sentir ciertas emociones es de personas débiles
Las emociones como la tristeza o la vergüenza son universales, no se relacionan con la fortaleza de la persona. Todos sentimos humillación, miedo, rabia… lo que pasa es que a algunos se les nota más que a otros. Los que son capaces de regularlo es porque han aceptado esa emoción. Lo han considerado normal.
Ej. Si yo siento humillación por algo, e interpreto este sentimiento como señal de que soy un inmaduro, de que no debería sentirme así, de que parezco poco preparado, me sentiré peor que si acepto que me he sentido humillado por algo y que es normal sentirse así por eso que me ha ocurrido.
Cuando siento cosas negativas a veces pienso que soy una mala persona
Las emociones no están sometidas a juicio ético, sólo las conductas, los sentimientos no son controlables, pueden ser reguladas, pero no anuladas, son reacciones.
Los sentimientos negativos me limitan y no me dejan hacer nada
Los sentimientos no son un reflejo puro de la realidad, son avisos, a veces pueden ser falsas alarmas. De esa forma siempre estás protegido, si notas que es una falsa alarma y se acepta la emoción como tal, ésta decae.
Determinados sentimientos me hacen sentir fatal conmigo mismo
Los sentimientos no son ni juicios ni condenas, son siempre avisos constructivos, con una función útil.
Recomendación
La comprensión de las emociones suele ser una tarea complicada muchas veces, principalmente porque no hemos sido educados extensamente en el tema, por poner un ejemplo, desde que somos muy pequeños las emociones que se nos enseñan son las básicas (ira, alegría, tristeza, asco, sorpresa..), dejando de lado un sin fin de emociones secundarias, sin contar con aquellas mucho más complejas como son las emociones ambivalentes (entre otras). Es complejo hacer una regulación emocional si en principio no conocemos o identificamos las emociones, ¿cómo podemos regular una emoción que no identificamos, reconocemos, detectamos y etiquetamos correctamente?. La gran mayoría de personas requerimos ayuda, orientación y entrenamiento en este tema, requiriendo la ayuda profesional de un psicólogo.
Por otra parte, no debemos olvidar que a veces las emociones pueden ser falsas alarmas, del mismo modo que no todo el pensamiento es necesariamente lógico, no todas las emociones son necesariamente inteligentes. Los invitamos a explorar el mundo de las emociones, sus funciones, utilidades, regulación y normalización. En Mejor Sin Ansiedad te ofrecemos un exclusivo plan de tratamiento y entrenamiento de tus emociones y de las personas que te rodean. Sin duda te podemos ayudar en este importante tema.
¿Qué tipos de depresión podemos padecer?
Primero se hace necesario conceptualizar o definir lo que es la depresión. La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por un estado de tristeza persistente, pérdida de interés en las actividades previas y una serie de otros síntomas emocionales, físicos y cognitivos. La depresión es un trastorno común y puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, raza o género.
La depresión es un trastorno mental muy común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad a nivel global y se estima que afecta a más de 264 millones de personas en todo el mundo. Además, se estima que una de cada seis personas experimentará depresión en algún momento de su vida, lo que significa que la depresión es un problema muy real y prevalente, es importante buscar ayuda, en Mejor Sin Ansiedad somos especialistas en este tipo de problemática, por tanto, recomendamos ponerse en tratamiento si se experimenta síntomas de depresión.
Síntomas de la depresión
- Tristeza o estado de ánimo deprimido: una sensación constante de tristeza o desesperanza.
- Pérdida de interés o placer: una falta de interés o disminución de la capacidad de disfrutar de las actividades que antes eran gratificantes.
- Cambios de apetito y sueño: un aumento o disminución del apetito, y un cambio en los patrones de sueño, como dificultad para conciliar el sueño o despertarse temprano.
- Fatiga o falta de energía: una sensación constante de cansancio o debilidad.
- Dificultad para concentrarse: una sensación de confusión o distracción mental.
- Sentimientos de culpa o inutilidad: una sensación de auto-crítica o de que no se es suficientemente bueno.
- Pensamientos de muerte o suicidio: pensamientos persistentes sobre la muerte o el suicidio.
¿Qué tipos de depresión podemos sufrir?
Sí, existen diferentes tipos de depresión, cada uno con sus propios síntomas y características únicas. Algunos de los tipos más comunes de depresión incluyen:
1. Depresión mayor: también conocida como depresión clínica, es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza persistente, pérdida de interés o placer, cambios de apetito y sueño, fatiga, dificultad para concentrarse, sentimientos de culpa o inutilidad, y pensamientos de muerte o suicidio.
2. Depresión estacional: también conocida como trastorno afectivo estacional (TAE), es un tipo de depresión que ocurre principalmente durante los meses de invierno y se relaciona con la disminución de la exposición a la luz solar.
3. Depresión posparto: es un trastorno del estado de ánimo que puede ocurrir después del parto y se caracteriza por sentimientos de tristeza, ansiedad, fatiga y cambios de apetito y sueño.
4. Depresión psicótica: es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por la presencia de síntomas depresivos junto con síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios.
5. Depresión atípica: es un tipo de depresión que se caracteriza por síntomas de tristeza y pérdida de interés, pero también por síntomas atípicos, como aumento de peso y sueño excesivo.
Cada tipo de depresión es único y requiere un enfoque individualizado de tratamiento. Por lo tanto, es importante que un profesional de la salud mental evalúe los síntomas y determine el tipo de depresión que se está experimentando para recomendar el tratamiento adecuado y realice un tratamiento personalizado y ajustado a las necesidades del paciente.
¿Cómo se trata la depresión?
El tratamiento más común para la depresión es la terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia interpersonal, junto con medicación antidepresiva si se recomienda. La terapia psicológica puede ayudar a las personas a comprender y manejar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, mientras que la medicación puede ayudar a aliviar los síntomas físicos y emocionales de la depresión.
Te ayudaremos a recuperar tu salud mental y emocional y a vivir plenamente. No dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Preocupaciones excesivas y ansiedad
Podríamos decir que existe una estrecha relación entre las preocupaciones excesivas y la ansiedad, incluso podríamos aseverar que estas mismas podrían deteriorar notoriamente tu salud mental y física si no conseguimos gestionarlas.
Pero primero y siendo justos con el concepto o etiqueta de ¨excesiva/o¨ debemos conceptualizar lo que es o qué ocurre ante la llamada ¨preocupación excesiva¨.
¿Qué es una preocupación excesiva?
Se trata de un tipo de pensamiento que presenta constancia, frecuencia, intensidad en el malestar y es invasivo, que despierta en nosotros la posibilidad (aunque sea muy remota) de sufrir bien nosotros o alguna persona de nuestro aprecio y que consideramos importante, algún tipo de daño, peligro o amenaza, también están vinculadas con la ocurrencia de algún posible evento o suceso de índole negativo. Este tipo de pensamientos que se presentan en forma de imágenes (como si fuera una película) o verbalizaciones internas, despiertan una fuerte ansiedad y malestar. Los temas en los que se basan las preocupaciones excesivas suelen ser muy variados (hijos, trabajo, salud, futuro, pareja, finanzas, etc..). Si bien es cierto que la gran mayoría de las personas se preocupan, es importante distinguir la preocupación normal de la excesiva, dado que la segunda parece no tener fin ni explicación o situación que pueda tranquilizar o saciarla.
Síntomas de la preocupación excesiva
- Sensación permanente de amenaza
- Sentimiento de apatía y tristeza, desazón
- Problemas de memoria, atención, concentración general
- Presencia de frecuentes cefaleas tensionales, dolores musculares en el cuerpo
- Disminución del deseo sexual
- Dificultades para adquirir el sueño o presencia de sueño interrumpido
- Incapacidad o fuerte dificultad para inhibir el pensamiento preocupante
Si presentamos los síntomas antes señalados y sospechamos que presentamos una preocupación excesiva, es importante que reflexionemos sobre cómo y cuánto estas preocupaciones están interfiriendo en nuestro funcionamiento diario normal, cuánto tiempo dedicamos a ello y si en definitiva afecta a nuestra vida laboral, personal, familiar, si notas que se hace incesante la búsqueda de comprobación a todas las cuestiones que se presentan tu mi mente y que ninguna respuesta es suficiente, qué utilidad tiene este tipo de pensamientos, y si verdaderamente este tipo cognitivo te lleva a conclusiones y consecuciones de objetivos concretos, piensa, crees que eres una persona que se exige demasiado o las personas te lo repiten con frecuencia?
Lo importante es que todo lo mencionado puede ser tratado en terapia, en Mejor Sin Ansiedad somos especialistas en el área, podemos ayudarte a gestionar mejor tus estados emocionales y a convertir las preocupaciones patológicas en normales, porque preocuparse no es malo, pero hacerlo de forma excesiva no es saludable, es probable que esto no lo sepas, pero una de las señales que no debes ignorar es el malestar que esto te produce. Además, si nuestro cuerpo se encuentra en respuesta ante pseudo amenazas (producidas por nuestros estados mentales y no por la realidad objetiva), podría verse afectado o amenazado realmente, debemos tener presente que, ante estados sostenidos de estrés, el organismo segrega mucho cortisol, poniendo en amenaza nuestro sistema inmune, que nos protege ante enfermedades.
¿Qué trabajamos en terapia para el exceso de preocupación?
- Se trabaja la organización del tiempo, se realizan horarios realistas que puedan funcionar ante la autoexigencia y excesiva auto demanda
- Se trabaja la regulación emocional
- Se restructuran los pensamientos y entrena al paciente para pensar de una forma más adaptativa, contemplando pensamientos alternativos
- Se entrena la relajación tanto muscular como en respiración
- Se ayuda al paciente a vivir más en el presente
- Se trabaja la autoestima y autoconfianza hacia sí mismo, los demás y el futuro
- Se mejora la tolerancia a la frustración e intolerancia a la incertidumbre
- Se ayuda a inhibir los pensamientos anticipatorios
El tratamiento para las preocupaciones excesivas te ayudaran a alcanzar una mejor calidad de vida, a reducir la ansiedad, incluso el bajo estado de ánimo o depresión consecuente al que nos lleva este estilo de pensamiento o cognitivo.
¿Por qué hacer terapia online?
El mundo que nos rodea, en constante evolución, ha hecho que la tecnología desempeñe un papel integral en nuestra vida. Con el auge de la sanidad digital, que se ha acelerado en los últimos tiempos, ahora es habitual someterse a revisiones médicas rutinarias a través del teléfono o Zoom, concertar citas médicas y recoger recetas a través de una aplicación online así como recibir atención sanitaria mental a distancia.
Los avances en las videollamadas y la conectividad móvil hacen que la terapia sea accesible online, ofreciéndote una alternativa a las terapias tradicionales presenciales. Es una solución muy eficaz para tratar las trastornos mentales, con muchas ventajas únicas.
Gracias a su flexibilidad y facilidad de acceso, la terapia online no es sólo para las personas que están «tocando fondo». Puede ser muy eficaz si simplemente quieres hablar de cosas de tu vida que te preocupan o molestan. También puede ayudarte a aprender nuevas técnicas de afrontamiento para lidiar con las cosas que pasan en tu vida.
Las ventajas de la terapia online
Facilidad
La terapia online significa que puedes acceder a la ayuda desde cualquier lugar en el que tengas una conexión rápida a Internet. No tienes que gastar tiempo y dinero en desplazarte a las citas, luchar contra el tráfico o lidiar con el transporte público, aparcar, sentarte en una sala de espera, pagar una guardería o pedir permiso en el trabajo. Muchos de los obstáculos que impiden a la gente acudir a la terapia en persona se eliminan gracias a la comodidad de la terapia online.
Comodidad y seguridad
Acudir a un terapeuta online desde la comodidad y seguridad de tu propia casa puede ayudarte a menudo a abrirte, ser más vulnerable y afrontar mejor las emociones difíciles que puedan surgir durante una sesión de terapia. Si tienes problemas de movilidad, una enfermedad crónica o un trastorno que puede dificultar la salida de casa -como la agorafobia o el trastorno de ansiedad social, por ejemplo-, la terapia online puede ser la solución ideal.
Accesibilidad
Online, un terapeuta cualificado es accesible para ti incluso si vives en una zona remota. Independientemente de dónde vivas, la mayor selección de especialistas online también significa que es más probable que encuentres un terapeuta con experiencia en el tratamiento de tu problema específico. (Aunque en teoría tienes acceso a terapeutas de todo el mundo, en algunas zonas estás limitado a los profesionales autorizados en el estado o país donde vives).
Facilidad de comunicación
Cuando te reúnes con un terapeuta sólo una hora a la semana, a veces es difícil recordar todo lo que has pasado en la semana anterior. Poder enviar un correo electrónico o un mensaje a tu terapeuta entre las sesiones en directo te permite articular tus emociones y problemas en tiempo real a medida que van surgiendo.
Privacidad
Muchas personas siguen sintiendo el estigma de recibir tratamiento por problemas de salud mental. Es más fácil recibir tratamiento online de forma anónima que visitar a un terapeuta en persona. Al conectarte online, no tienes miedo de encontrarte con alguien conocido en el aparcamiento o la sala de espera del terapeuta, por ejemplo.
Cómo sacar el máximo partido a la terapia online
La clave de cualquier tipo de terapia -online o en persona- es encontrar al terapeuta adecuado para ti. Las cualificaciones, la experiencia y la filosofía pueden ser importantes, pero es la relación que desarrolles con el terapeuta lo que a menudo definirá el éxito de tu terapia.
Encontrar al terapeuta online adecuado puede llevar algo de tiempo y esfuerzo, así que no tengas miedo de hacer preguntas. Un terapeuta online se convertirá en tu compañero de curación, recuperación y crecimiento, por lo que es importante elegir a alguien que te haga sentir comprendido, apoyado y atendido. Tienes que confiar en esta persona lo suficiente como para hablar cómodamente de temas íntimos y, a menudo, difíciles, y para ser sincero sobre lo que piensas y sientes.
Otros consejos para la terapia online
Comprende lo que quieres conseguir con la terapia. Cuanto más claros sean tus objetivos al iniciar la terapia online, más fácil será medir tu progreso y asegurarte de que estás sacando el máximo provecho del proceso. Puede que busques ayuda para tratar un problema de salud mental concreto, por ejemplo, o para afrontar un aspecto concreto de tu vida que no funciona. Sean cuales sean tus motivos, asegúrate de comunicárselos a tu terapeuta y de que se abordan durante el tiempo que pasáis juntos.
Sé abierto y honesto con tu terapeuta. Es habitual que surjan emociones perturbadoras o dolorosas durante la terapia. Ábrete y comparte tus sentimientos con tu terapeuta. Si algo es demasiado difícil de hablar, házselo saber. Cuanto más abierto y honesto seas, mejor podrá ayudarte tu terapeuta.
Prepárate para trabajar. La terapia online requiere algo más que conectarse para hablar una vez a la semana. El terapeuta puede darte deberes para hacer entre las sesiones o pedirte que pruebes las técnicas en situaciones del mundo real. Para aprovechar al máximo la experiencia, prepárate para dedicar tiempo y esfuerzo. Y si te encuentras faltando con frecuencia a las sesiones de terapia, pregúntate por qué y coméntalo con tu terapeuta.
Limita las distracciones en casa. Hablar con un profesional desde la comodidad de tu casa es muy cómodo, pero no vas a sacar tanto provecho de la terapia si tus sesiones se ven interrumpidas por niños, otros miembros de la familia, vecinos ruidosos, llamadas telefónicas u otras interrupciones. Elige una hora para la terapia en la que tu casa esté más tranquila, pide a los demás miembros de la familia que no te molesten, apaga el teléfono y silencia cualquier otra aplicación.
Asegúrate de tener una conexión a Internet rápida y fiable. Tu experiencia terapéutica se verá afectada si tus sesiones se interrumpen con frecuencia por problemas de conexión o informáticos. Soluciona cualquier problema técnico que tengas, ya sea mejorando la velocidad de Internet o actualizando el software o la aplicación que utilices.
¿Qué eficacia tiene la terapia online?
Muchos estudios demuestran que la terapia online es muy eficaz.
Un estudio reciente del Journal of Anxiety Disorders concluyó que la terapia cognitivo-conductual (TCC) online, que es nuestra principal técnica terapéutica, tiene el mismo impacto que la TCC presencial.
Otro estudio publicado en el World Journal of Psychiatry concluyó lo siguiente
- La terapia online tiene los mismos resultados positivos que la terapia presencial
- En general, los pacientes que reciben asesoramiento online dicen estar satisfechos con sus experiencias. Muchas personas afirman que la terapia online es fácil de usar y significa que no tienen que desplazarse a las citas
- Las evaluaciones de salud mental realizadas mediante la terapia online son tan fiables como las realizadas durante la terapia presencial
Podemos ayudarte: reserva tu sesión hoy mismo y comprueba cómo funciona la terapia online para ti.
¿Qué hacer antes de visitar a un psicólogo por primera vez?
En ocasiones arrastramos gran malestar psicológico y emocional, pero por diversas razones de tipo personal, económico u organizativo no damos inicio a una terapia o busca de ayuda profesional.
Por otra parte, pensamos que el malestar que sentimos tiene los “días contados” y una remisión espontánea de los síntomas, incluso es frecuente escuchar la errónea frase: “el tiempo lo cura todo”, minimizamos la importancia del problema e incluso intentamos darle alguna explicación que nos parece lógica.
De esta forma posponemos en el tiempo la toma de decisiones de visitar a un especialista y corremos el riesgo de cronificar nuestro problema o trastorno.
La terapia online para mejorar la salud mental
En la actualidad millones de personas confían en la psicología y disfrutan de las ventajas que tiene la terapia online, ya que a través de ella consiguen mejorar su salud mental y emocional con mayor eficiencia, economía, comodidad y facilidad en la continuidad del tratamiento.
A continuación, comentaremos algunas recomendaciones previas a la primera visita a un psicólogo:
- Es aconsejable en primer lugar dar prioridad a la situación que estamos viviendo y entender que la salud mental es de vital importancia. Reconocer que tenemos un problema muchas veces no es tarea sencilla, incluso puede pasar que el propio individuo no lo detecte sino llegado a un punto extremo en el que el mismo problema ha adquirido grandes dimensiones y complejidad.
- Podemos como futuros pacientes hacer un ejercicio introspectivo en el que apuntemos aquellos pensamientos recurrentes, emociones o preocupaciones que nos generen malestar.
Incluso podemos hacer una breve descripción de lo que consideramos que es el problema que nos lleva a terapia. Esta tarea no debe agobiarnos en exceso dado que el especialista está consciente de la dificultad que supone identificar un problema, es por ello que por medio de preguntas estructuradas y semiestructuradas (en el curso de la primera sesión y las siguientes) ayudará al paciente a aportar información de gran utilidad para el especialista, de esta forma podrá identificar las hipótesis del problema, encuadrar el caso y dar un adecuado enfoque.
- También se puede hacer una pequeña investigación sobre las diversas corrientes de la psicología y las formas en las que trabajan. Tener una breve orientación sobre ellas y algunas de las técnicas que utilizan puede ser interesante y orientativo. Se recomiendan aquellas que disponen de técnicas validadas empíricamente, como es el caso de la Terapia Cognitivo Conductual. En Mejor Sin Ansiedad somos conscientes de la relevancia de ello, por eso trabajamos bajo esta corriente psicológica.
- Evitar el autodiagnóstico, muchas veces accedemos a la información que proporciona internet e intentamos etiquetar nuestros problemas con el fin de buscar fórmulas auto aplicadas y resolver el malestar sin la debida evaluación, diagnóstico y tratamiento de un especialista.
Esto ocurre no sólo en psicología sino en la medicina tradicional, es de conocimiento extendido que algunas personas utilizan fármacos de forma impropia, sin la prescripción de un médico.
- Pensar en las facilidades o cercanía de la consulta, es importante tener en cuenta que acudir a terapia o a una consulta por primera vez supondrá con alta probabilidad sucesivas visitas ya que nos enfrentamos a un proceso.
La terapia online respalda esta idea ya que facilita el ajuste en tiempo, dinero y continuidad.
- Es de vital importancia que verifiques que el especialista está certificado y cumple con las exigencias para el ejercicio de la profesión.
Esto último no es sólo una recomendación sino también un derecho que tiene el paciente y que recoge debidamente el código deontológico del psicólogo.
- Confiar en el hecho de que la experiencia a la que nos vamos a enfrentar nos conducirá a mejorar nuestra salud y a un crecimiento personal.
En Mejor Sin Ansiedad contamos con la experiencia y profesionalidad para ayudarte en la problemática que nos presente, además de hacerlo con amor, implicación y total compromiso.
¿Qué ventajas tiene llevar una atención psicológica a distancia?
La terapia online es tan eficaz como la terapia presencial, y además tiene muchas ventajas adicionales. He aquí por qué podría ser idónea para ti.
En los últimos años, todos nos hemos vuelto más dependientes de la tecnología: para comprar, aprender, socializar… prácticamente en todos los aspectos de la vida. Y la terapia es otro importante servicio al que ahora podemos acceder online, donde y cuando nos convenga. Los beneficios de la terapia online están ya ampliamente reconocidos. Así que está aquí para quedarse, incluso después de COVID.
Se prevé que el crecimiento de la terapia online continúe después de la pandemia. Mientras los confinamientos forzaban la vida -y la terapia- online, las investigaciones demuestran los beneficios de un videochat terapéutico online. Es tan eficaz como la terapia en persona, y conlleva toda una serie de beneficios adicionales. Entre ellas están las pragmáticas, como la comodidad y el coste, pero también otras menos obvias, relacionadas con la relación terapéutica.
Así que si estás pensando en dar el paso y te preguntas si es adecuado para ti, sigue leyendo para saber más sobre las ventajas de la terapia online y cómo puedes empezar.
¿Qué es la terapia online?
La terapia online es exactamente como suena. Es igual que la terapia en persona: lo único que cambia es el entorno.
Se acabaron los días en los que la única forma de obtener apoyo en salud mental era en el diván de un terapeuta. Con el auge de la terapia online, ahora puedes hablar con un psicólogo cualificado donde y cuando te convenga. El apoyo que necesitas está literalmente al alcance de tu mano.
Decir que la tecnología ha revolucionado nuestras vidas es quedarse corto. Nuestra comida china favorita para llevar puede estar en nuestro plato con sólo pulsar un botón, y un par de búsquedas por internet podría ser todo lo que necesitamos para encontrar el amor. También nos hemos acostumbrado a las citas médicas online durante la pandemia. Así que es natural que queramos la misma comodidad y facilidad cuando se trata de cuidar nuestra salud mental. Después de todo, empezar una terapia requiere valentía. Es un paso suficientemente grande, sin tener que preocuparse por los horarios de los autobuses, el cuidado de los niños o el distanciamiento social.
La terapia online no es un concepto nuevo, ya que existe desde hace tiempo. Pero últimamente cada vez somos más los que vemos los beneficios de la terapia online, sobre todo gracias a COVID. Cuando se aplicaron medidas de confinamiento más estrictas, las sesiones de terapia tuvieron que pasar a ser digitales y muchos clientes encontraron ese apoyo virtual inestimable. Pero hay muchos beneficios adicionales más allá de la facilidad de acceso durante una pandemia.
El trauma colectivo que todos hemos experimentado durante la pandemia también significa que la necesidad de terapia es mayor que nunca. Según un estudio realizado en 2021 por los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU., se ha producido un aumento significativo de la ansiedad y la depresión desde que comenzó la pandemia. Y eso es completamente comprensible. Aunque las cosas están mucho mejor, las investigaciones también demuestran que las consecuencias de la pandemia para la salud mental pueden estar empeorando mientras luchamos contra la fatiga de la pandemia, la guerra en Ucrania y la economía.
Si quieres aliviar tus ansiedades, enfrentarte a una fobia o simplemente convertirte en un mejor tú, la terapia online te permite acceder a los mismos mecanismos de afrontamiento que tendrías en una sesión presencial. Un psicólogo experto te guiará por el camino correcto utilizando terapias como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). Pero lo harán a través de tu teléfono, tableta u ordenador portátil.
8 beneficios de la terapia online
Conectar con un terapeuta online tiene muchas ventajas, tanto pragmáticas como emocionales. Para muchos de nosotros, dar el salto y empezar la terapia puede ser un poco desalentador. Puede que te sientas más cómodo haciendo una videollamada con tu terapeuta mientras tu perro está acurrucado a tus pies. O tal vez no haya suficientes horas en el día para ir a la consulta de tu terapeuta entre el trabajo y la recogida de los niños en el colegio.
Con ventajas como la accesibilidad, el coste, el tiempo y la privacidad, es insuperable que cada vez seamos más los que acudimos a la red en busca de ayuda. Y ni siquiera hace falta ser demasiado experto en temas digitales para empezar. Algunas de las principales ventajas de la terapia online son:
Accesibilidad
Hay muchas barreras físicas para acceder a la terapia en persona. Puede que vivas en una localidad rural, o que no puedas conducir. Si tienes una discapacidad física, atravesar la ciudad puede ser una pesadilla. O salir de tu cama puede parecerte casi imposible cuando te sientes mal. La terapia online ayuda a eliminar estos obstáculos geográficos. La distancia ya no es una barrera, porque hay alguien preparado y esperando para ayudarte con sólo pulsar un botón, allí mismo, en tu teléfono, tableta u ordenador portátil.
El tiempo
En nuestras agitadas vidas, el «tiempo para mí» puede ser difícil de conseguir. Puede que tengas una agenda frenética y trabajes en horarios irregulares. O tal vez seas un padre soltero o un cuidador que siempre va a contrarreloj. La terapia online se adapta a tu horario, de modo que puedes hablar con un terapeuta cuando y donde te venga bien, ya sea con una videollamada rápida antes de ir al trabajo por la mañana o con un práctico chat por mensajería en directo justo antes de acostar a los niños. Es importante que nos aseguremos de que nuestra mente funciona bien. Y una sesión de terapia rápida después de la cena o justo antes de nuestro turno de noche puede marcar la diferencia.
La privacidad
¿Te preocupa encontrarte con un vecino entrometido en la sala de espera? ¿O tal vez prefieras charlar sobre cómo te sientes dentro de los confinamientos de tu propia casa? Para algunos, la terapia online ofrece una reconfortante sensación de privacidad. Además, existen muchas medidas de seguridad para proteger tu intimidad online, desde servicios de encriptación de alto nivel hasta protección contra virus y contraseñas.
Anonimato
Aunque la relación cliente-terapeuta se considera altamente confidencial, algunas personas pueden no sentirse cómodas examinando sus sentimientos, pensamientos y comportamientos en una interacción cara a cara. El asesoramiento online proporciona anonimato y comodidad. A la hora de expresar tus sentimientos y pensamientos, puedes escribir, hablar, enviar mensajes de texto o comunicarte en tiempo real con tu asesor.
Comodidades del hogar
Admitámoslo: abrirse y hablar de lo que realmente sentimos puede ser duro. Realmente difícil. Pero, a veces, son las pequeñas cosas las que lo hacen más fácil. Algunos nos sentimos más cómodos abriéndonos online que en persona. Puede que se sienta menos desalentador. O tal vez te sientas más a gusto si puedes acurrucarte en tu sofá con unas acogedoras zapatillas de casa.
Coste
El mundo sería un lugar más feliz si todo el mundo pudiera acceder a la terapia, no sólo unos pocos. Si tienes poco dinero y la terapia en persona te parece cara, la terapia online puede ser un buen punto intermedio.
Distanciamiento social
El COVID se ha cobrado un gran precio en nuestro bienestar mental. Y si ya te pone nervioso conocer a gente nueva cara a cara, esa es una ansiedad y una barrera para la terapia que puedes evitar fácilmente. Aunque las directrices de distanciamiento social se han suavizado casi por completo, muchos de nosotros seguimos siendo reacios a conocer a los profesionales en persona cuando hay otra opción. También puede ser simplemente más difícil reservar citas en persona. Afortunadamente, ninguna de estas preocupaciones se aplica a las sesiones online. Sigues teniendo el apoyo de los expertos que necesitas. Puedes seguir trabajando y cuidando tu salud mental. Pero puedes hacerlo desde la comodidad (y la seguridad) de tu propia casa.
Mayor conocimiento
La terapia online te da la oportunidad de mostrar a tu terapeuta el entorno de tu casa, lo que puede proporcionar pistas útiles para tu terapia y tratamiento. Llevar la conversación más allá de los confinamientos de la consulta puede insuflar nueva energía y posibilidades al proceso terapéutico.
¿Es eficaz la terapia online?
Pero, ¿funciona? Sí. Realmente lo hace. La terapia online es mucho más que una charla por teléfono. Las investigaciones demuestran que la terapia online es tan eficaz como las sesiones en persona.
Tomemos como ejemplo la terapia cognitivo-conductual (TCC). Es posible que hayas oído hablar de ella porque es un tratamiento eficaz cuando se trata de la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos alimentarios, el pánico, el trastorno bipolar, la psicosis y las fobias (incluidas la agorafobia y la fobia social). Esencialmente, la TCC se basa en la idea de que nuestros pensamientos, sentimientos, lo que hacemos y lo que siente nuestro cuerpo están interconectados.
Muchos estudios han descubierto que la TCC online es al menos tan eficaz como la terapia presencial. Un estudio de 2018 publicado en la Revista de Trastornos Psicológicos descubrió que la TCC online era «igual de eficaz que la presencial». Y una revisión de 17 estudios realizada en 2020 descubrió que la TCC online para la depresión puede ser incluso más eficaz que la terapia presencial.
En muchos casos, se trata simplemente de encontrar al terapeuta adecuado, alguien en quien puedas confiar para que te guíe en la dirección correcta. A menudo puede ser un caso de ensayo y error. Todos somos únicos, lo que significa que cada uno tiene sus propios problemas diferentes en los que quiere trabajar.
En última instancia, cuando todo se reduce a esto, el cambio real y duradero empieza y termina contigo. No importa si empiezas ese viaje en la consulta de un terapeuta o detrás de la pantalla de un ordenador, al ponerte a trabajar estás dando el primer paso para convertirte en una persona más sana y feliz.
Cuidar nuestra mente es más importante que nunca. Así que si estás pensando en dar el paso, éstas son sólo algunas de las razones por las que la terapia online podría funcionar para ti. Averigua más sobre cómo funciona y cómo puedes empezar con Mejor sin Ansiedad.
¿Mi personalidad tiene relación con mis niveles de ansiedad?
¿Qué es la personalidad?
Lo primero que debemos conocer es que la personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades que configuran y definen la conducta y forma de ser de una persona ante determinadas situaciones, al mismo tiempo que diferencia a un individuo de otro. Se ha intentado relacionar este constructo “personalidad” con la ansiedad.
Por otra parte, diversos autores han desarrollado modelos explicativos sobre la ansiedad-personalidad. Por ejemplo, Spielberger (1975), desarrolla la Teoría Ansiedad Estado-Rasgo, en la que distingue de manera conceptual y operativa cada uno de estos dos conceptos. La ansiedad-estado, según este autor, se entendería como un «estado emocional» inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos.
Por su parte, la ansiedad-rasgo hace referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo, incluso se habla de su heredabilidad. Contrariamente a la ansiedad estado, la ansiedad-rasgo no se manifiesta directamente en la conducta y debe ser inferida por la frecuencia con la que un individuo experimenta aumentos en su estado de ansiedad, un individuo con alta ansiedad-rasgo tenderá a ver el mundo como un lugar peligroso, a tener un estilo de pensamiento más negativo, hacer interpretaciones catastrofistas y a verse desbordados con la ansiedad que generan estos estilos cognitivos.
La Ansiedad y la Personalidad
La Ansiedad en estas dos modalidades (como Estado o como Rasgo) pueden ser medidas en consulta por medio de cuestionarios específicos.
Por tanto, si una persona puntúa alto en Ansiedad Rasgo, probablemente se caracterizará por ser una persona normalmente más nerviosa que el resto, independientemente del entorno o experiencia vital en la que se encuentre. Tenderá a percibir las situaciones más amenazantes con elevaciones en la intensidad de la Ansiedad-Estado, al mismo tiempo.
Los sujetos con baja o medias puntuaciones en la dimensión Ansiedad-Rasgo, tenderán a puntuar más alto en la dimensión Ansiedad-Estado, viviendo los episodios de ansiedad como estados más transitorios, caracterizados por sentimientos de tensión y aprehensión subjetiva conscientemente percibida, además del aumento en la actividad del sistema nervioso autónomo. Lo que nos indica entonces que podemos encontrar personas que se muestran de forma más frecuente y sostenida ansiosas y eso se debe a sus características más estables de personalidad.
La ansiedad puede ser vencida
Es importante tener en cuenta que aunque tengamos una personalidad con más tendencia a la preocupación, a interpretar el mundo y las situaciones de forma más catastrofista, negativas o peligrosas, podemos aprender y entrenar en terapia estilos de pensamiento más adaptativos, medidas de afrontamiento más eficientes, a regular nuestros estados emocionales (como la ansiedad) y a vivir de una forma más placentera.
«No siempre puedes controlar lo que ocurre en el exterior. Pero siempre puedes controlar lo que ocurre en tu interior» – Wayne Dyer
Por otro lado, existen características de personalidad que pueden ayudarnos a contrarrestar estos rasgos de personalidad ansiógenos como:
- Resiliencia – tu capacidad para resistir la adversidad y recuperarte y crecer a pesar de los reveses de la vida
- Extroversión – las personas con un alto grado de extroversión tienden a buscar la estimulación social y las oportunidades de relacionarse con los demás
- Decisión – aprende a tomar decisiones más fácilmente
- Independencia – aprende a ser más independiente
- Seguridad – construye tu confianza en ti mismo
- Tolerancia a la frustración – aprende a ser más tolerante
- Positivismo – aprender a prestar atención a nuestros pensamientos y creencias racionales
- Adaptabilidad – aprender a adaptarse puede ayudarte a afrontar los cambios que están fuera de tu control
- Flexibilidad – encontrar un equilibrio entre estructura y espontaneidad
- entre otros.
Todas las anteriores mencionadas también se pueden entrenar o fortalecer en terapia. En Mejor sin ansiedad somos especialistas en el área y podemos ayudarte en ello.
Otros factores influyentes en la ansiedad
Por otro lado, no debemos olvidar otros factores influyentes en la ansiedad que no estar relacionados propiamente con la personalidad, como pueden ser:
- La etapa del ciclo vital en la que nos encontremos: los adolescentes suelen padecerla ya que suele ser una etapa crítica identitaria y emocional, en la que se empiezan a tener responsabilidades, en ocasiones pocos o deficientes recursos de afrontamiento. En el caso de las etapas más adultas, nos encontramos con los cambios vitales, problemas económicos, toma de decisiones importantes y responsabilidades como comprar una casa, casarse, tener familia, etc. En la tercera edad, nos encontramos también con las dificultades de responder a las enfermedades, dificultades en el autocuidado, aceptación de nuevos roles (bien sea de índole social como ser abuelos o ya más de índole laboral como la jubilación), entre muchos otros.
- Situaciones vitales inesperadas, colectivas y objetivamente estresantes: por ejemplo, en este caso podríamos mencionar los recientes períodos de confinamiento, incertidumbre y estrés colectivo producidos por la pandemia (COVID), también podríamos mencionar situaciones de guerra o conflictos sociales que producen malestar y perjuicios incuantificables.
- Experiencias traumáticas: cabe destacar que este tipo de experiencias pueden llevar al sujeto a padecer no sólo de estrés sostenido y ansiedad, sino también a generar heridas emocionales muy profundas que se convierten incluso en trastorno, como es el caso del Trastorno de estrés Post Trauma (TEPT), que es uno de los trastornos del grupo de Ansiedad. Incluso podemos llegar a no padecer el TEPT pero sí a generar un Trastorno Adaptativo que se compone de síntomas de fuerte ansiedad y bajo estado de ánimo. Puede ser por la muerte de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, la pérdida del trabajo o un cambio de país (entre otras situaciones).
- Padecer alguna enfermedad mental: dado que dificulta el procesamiento, en sí misma produce malestar y dificulta la puesta en marcha de mecanismos de afrontamiento.
- El género: las mujeres estadísticamente padecen 2 ó 3 veces más ansiedad que los hombres, esto es debido a los embarazos, desregularizaciones o cambios hormonales y la mayor prevalencia en trastornos del estado del ánimo como son:
- Los Trastornos de Ansiedad Generalizada (TAG) La tasa de prevalencia es del 4% de los hombres, frente al 7% en mujeres
- Trastornos de pánico o Angustia, las Fobias Específicas (como a la sangre, jeringuillas, animales, ascensores, aviones) tienen una prevalencia del 5% en hombres y del 11% en mujeres
- Trastorno de Estrés Post Trauma. La tasa de prevalencia es del 10% en mujeres, frente a un 5% de hombres.
En Mejor sin Ansiedad no sólo podemos hacer un estudio de personalidad que te ayude a conocerte y entender mejor tu conducta, forma de pensar y emociones, sino también atendemos las necesidades de cada individuo, confeccionamos un plan de tratamiento a medida y te ayudamos a mejorar tu calidad de vida.
¿Cómo hablar con un psicólogo por primera vez?
Si te has preguntado cómo hablar con un terapeuta por primera vez, no estás solo. A muchas personas les cuesta dar el primer paso de ponerse en contacto con un terapeuta por primera vez debido al miedo o la ansiedad. Esto es comprensible, ya que enfrentarse a tus miedos y empezar algo nuevo y desconocido puede resultar abrumador.
Cuando por fin has tomado la decisión de buscar ayuda para tus preguntas y preocupaciones sobre salud mental, y buscas un terapeuta cualificado, el paso inicial es ponerte en contacto con ellos.
Entendemos que llegar a este punto de pedir ayuda puede parecer realmente desalentador, y tratar de pensar en lo que le dirías a un nuevo terapeuta puede ser intimidante y confuso. Tenemos algunas ideas y consejos que pueden ayudarte a iniciar el proceso.
Cómo hablar con un terapeuta por primera vez online
Por suerte, en el mundo actual, contactar con un terapeuta es más fácil que nunca. Con la llegada del asesoramiento y la terapia online, ponerse en contacto con un terapeuta por primera vez es sencillo desde cualquier parte del mundo, siempre que tengas conexión a Internet. En Mejor sin Ansiedad trabajamos con nuestros pacientes solo online.
Hoy en día, muchos terapeutas prefieren que se les contacte primero por Internet y no por teléfono. Muchas personas encuentran que ésta es una forma más eficaz de comunicar sus pensamientos que por teléfono. El terapeuta también necesita esta información para determinar cómo y si puede ayudarte.
Iniciar la conversación con tu terapeuta
Antes de empezar reserva un tiempo para ti antes de la sesión
Es una buena idea programar un tiempo para ti mismo antes del comienzo de la sesión, especialmente si estás nervioso por la cita. Apaga el teléfono móvil y deja a un lado el trabajo para permitirte simplemente sentarte con tus sentimientos.
Prepararte para abrirte emocionalmente puede provocar estrés, haciendo que tu corazón lata más rápido. Esto obliga a tu cuerpo a liberar una hormona llamada cortisol, que puede provocar una respuesta de huida. Es perfectamente natural, pero puede ser contraproducente, así que invierte tiempo en centrarte en ti mismo, respirar y mantenerte hidratado.
Si ya estás nervioso por la cita, no necesitas el estrés añadido de «llegar» tarde a tu cita online.
¿Cómo hablo con mi terapeuta?
Al principio de la terapia puede que no sepas cómo iniciar una conversación con tu terapeuta. Iniciar la conversación es difícil, pero es importante para el proceso de creación de un vínculo con tu terapeuta. Para iniciar una conversación, puedes hablar de tus actividades diarias o de un día concreto que hayas tenido. Comparte algo sobre tu vida para establecer una conexión. Puedes compartir cualquier cosa que te preocupe en ese momento, aunque no tenga relación o parezca insignificante. La comunicación con tu terapeuta se hace más fácil con el tiempo, una vez que lo conoces mejor y se establece la conexión, así que no te preocupes.
Lo más probable es que tu terapeuta te haga varias preguntas para empezar a hablar. No obstante, habrá momentos durante el inicio de la terapia en los que tendrás que iniciar la conversación.
Habla de un día de tu vida
¿Qué haces cuando te levantas por la mañana? ¿En qué piensas? ¿Cómo te hace sentir el ir al trabajo? ¿Y antes de irte a dormir? ¿Cuáles son tus rutinas?
Plantearte estas preguntas debería servir para tomar impulso. También puede poner de manifiesto problemas de salud mental o, simplemente, preocupaciones que podrían haber quedado en segundo plano. Hablar de los hábitos diarios dará a tu terapeuta una idea de cómo estás cuidando tu salud mental. Entonces podrá sugerirte adiciones, modificaciones o alternativas.
Completa estas frases
«Hoy me siento…»
«Realmente necesito hablar de…»
«Algo que no mucha gente sabe de mí es…»
Aunque no apunten a tu problema más urgente, estas indicaciones son siempre una forma estupenda de establecer un vínculo con tu terapeuta y expresar tus sentimientos. Cuanto mejor sea el vínculo terapéutico, más progresos podréis hacer.
Di lo primero que tienes en mente
La terapia es uno de esos maravillosos y raros lugares en los que puedes dejarte llevar por completo e ignorar las normas sociales normales. Si te cuesta pensar activamente en algo que decir, anota el primer pensamiento que tengas. No es necesario que sea bonito, gramaticalmente correcto o estructurado. Incluso si el pensamiento es sobre cómo no se te ocurre nada que decir o te sientes atascado, no pasa nada.
A diferencia de un entorno social estándar, no habrá consecuencias negativas por ello. Los terapeutas no te juzgarán. Si se inicia el diálogo, vale la pena ponerlo por escrito y documentarlo.
Puedes utilizar estos consejos cada vez que tengas problemas para iniciar una charla con tu terapeuta, no sólo durante la primera conversación.
Si tu terapeuta te molesta
Si tu terapeuta dice algo que te duele o te ofende, no dudes en compartir estos sentimientos con él o ella. Ser abierto y honesto acabará por mejorar la terapia. La conversación «estoy enfadado contigo» es incómoda, pero merece la pena tenerla.
Es normal que a veces te sientas herido durante la terapia. Esto puede significar que estás removiendo los asuntos dolorosos y difíciles que te impiden vivir tu mejor vida. Se supone que los terapeutas deben desafiarte de vez en cuando y empujarte a convertirte en una mejor versión de ti mismo.
Pedir cambios
A veces las estrategias que intenta tu terapeuta no funcionarán tan bien como os gustaría a ambos. Si de vez en cuando no te sientes satisfecho con la terapia, no pasa nada. Comunica estas preocupaciones a tu terapeuta. Él o ella ajustará el tratamiento para satisfacer tus necesidades.
Ten expectativas realistas
La terapia es estupenda y puede ser muy beneficiosa, pero no es una cura mágica. Si entras en tu primera sesión de terapia y esperas salir completamente curado, te decepcionarás. Asegúrate de que tus objetivos son manejables y de que entiendes que la terapia es un proceso que requiere mucho trabajo.
Puede que tardes unas semanas o incluso unos años en alcanzar tu objetivo, y puede que el primer terapeuta con el que te reúnas no sea con el que termines tu viaje.
Los terapeutas son humanos, por lo que esperar que tengan todas las respuestas a tus preguntas es una buena forma de prepararte para la decepción. La terapia requerirá un trabajo tanto tuyo como de tu terapeuta, y no será tan sencillo y condensado como las sesiones de terapia que ves en los programas de televisión o en las películas.
Date crédito a ti mismo
No es fácil buscar ayuda para tu salud mental. Durante mucho tiempo, el estigma de las enfermedades mentales impidió que la gente buscara ayuda, pero hoy sabemos mucho más sobre cómo la salud mental afecta a otros aspectos de nuestra vida. Aun así, muchas personas no son capaces de dar el paso de acudir a un profesional, así que si has llegado hasta aquí, definitivamente merece la pena celebrarlo.
La salud mental es tan importante como la salud física, así que acudir a un terapeuta para mantener una buena salud mental no debería ser muy diferente de hacer ejercicio para mantener una buena salud física.
Comunicarse bien en terapia te ayudará en todos los aspectos de la vida
Permitirte sentir lo que sea que sientas y compartir tu experiencia con tu terapeuta puede ser muy fortalecedor para tu viaje.
A diferencia de un entorno social estándar, no habrá consecuencias negativas por ello. Los terapeutas no te juzgarán. Si se inicia el diálogo, vale la pena ponerlo por escrito y documentarlo.
Aprender a comunicar eficazmente tus pensamientos y sentimientos en la terapia se convertirá, en última instancia, en una habilidad que podrás utilizar en la vida cotidiana.
Piensa en la terapia como un campo de entrenamiento para las conversaciones incómodas o difíciles que inevitablemente tendrás que tener con amigos, familiares, parejas sentimentales y compañeros de trabajo. Si aprovechas al máximo tu entrenamiento, el trato real será mucho más fácil.
¿Cómo es la vida de una persona depresiva?
La experiencia de la depresión no es uniforme. No hay dos trayectos iguales, pero los síntomas se pueden gestionar sea cual sea el aspecto que tenga para ti. Sentirse triste o desamparado, llevar un peso sobre los hombros, estar amargado o irritable, ponerse unas gafas muy grises… Éstas son solo alguna de las formas en que alguien podría describir lo que se siente al vivir con depresión.
En realidad, la depresión es diferente para cada persona. Hay una serie de experiencias posibles que puedes tener si vives con depresión: la tristeza no es el único síntoma.
No importa cómo te sientas ahora, es válido y real. Y no tiene por qué ser permanente. Hay apoyo disponible para ayudarte a superarlo y la terapia online es un recurso muy ventajoso ya que puede ayudarte en cualquier momento que lo necesites desde cualquier sitio que estés.
¿Todo el mundo experimenta los mismos síntomas de depresión?
No. La depresión es una experiencia muy personal y cada persona puede mostrar sus síntomas de forma diferente.
Por ejemplo, una persona puede estar tumbada en la cama todo el día y no puede reunir la motivación para salir de su casa. Mientras tanto, otra persona debe estar fuera todo el tiempo porque no puede soportar estar a solas con sus pensamientos.
En general, un profesional sanitario puede diagnosticar una depresión si identifica varios síntomas «típicos» que han estado presentes durante al menos dos semanas. Algunos de estos síntomas de la depresión son:
- bajo estado de ánimo
- pérdida de interés por las actividades
- desesperanza
- disminución de la libido
- fatiga
- cambios en el funcionamiento cognitivo
- trastornos del sueño
- comer más o menos
- irritabilidad
- pensamientos de autolesión
¿Cómo se siente la depresión?
Hay muchas formas posibles de experimentar los síntomas de la depresión, dependiendo de tu edad y de tus circunstancias particulares.
Éstas son algunas de las formas en que pueden sentirse los síntomas comunes de la depresión:
La depresión es como llorar todo el día sin motivo
Muchas personas con depresión pueden experimentar una tristeza intensa o arrebatos de llanto. Es posible que te encuentres derramando lágrimas durante los anuncios, las canciones o de repente mientras estás sentado frente a tu ordenador.
La depresión se siente como si no pudieras salir de la cama
No está en tu cabeza: La fatiga es un síntoma común de la depresión. Según algunas investigaciones realizadas, se debe posiblemente a la inflamación y a la reducción del suministro de oxígeno.
Desde fuera, tu baja energía y tu falta de motivación pueden parecerse a la «pereza». Sin embargo, no se trata de una elección personal. Si vives con depresión, pequeñas tareas como clasificar el correo o cepillarse los dientes pueden parecer francamente abrumadoras.
La depresión se siente como si no hubiera nada que esperar
La pérdida de esperanza es un síntoma común de la depresión. Puedes sentir que siempre das un paso adelante y tres atrás. Esto puede llevarte a preguntarte: «¿Para qué intentarlo?»
O tal vez mires tu calendario y no veas nada que esperar. La sensación de desesperanza también puede manifestarse como culpa o vergüenza por algo que has vivido.
La depresión se manifiesta como si todo fuera molesto
La irritabilidad y la ansiedad son habituales en las personas con depresión. Tal vez te enfades con tus seres queridos por cosas que antes no te molestaban.
También puedes encontrarte rumiando las interacciones sociales o temiendo el peor resultado posible en las relaciones, los asuntos laborales o los estudios.
Puede que te sientas abrumado: cosas que antes no te molestaban ahora son un gran problema.
La depresión se siente como si durmieras demasiado…o demasiado poco
Tu sueño suele verse afectado cuando tienes depresión, junto con tu apetito. Puede que te encuentres con ganas de dormir todo el día, aunque hayas descansado toda la noche.
O tal vez te quedes despierto por la noche con pensamientos acelerados, pensando intensamente en el pasado y el futuro. Tu cuerpo está lo suficientemente cansado como para dormir, pero tú no puedes.
La depresión se siente como si ya no supieras quién eres o qué te gusta
Puedes descubrir que ya no te interesan las cosas que antes disfrutabas. La anhedonia – disminución o ausencia de placer en las actividades cotidianas – es uno de los síntomas característicos de la depresión. Esto puede experimentarse de forma diferente de una persona a otra.
Por ejemplo, una abuela puede no sentir la alegría de pasar tiempo con sus nietos jugando delante de ella. Un músico, en cambio, puede no molestarse en coger una guitarra porque ya no siente que le haga feliz rasgar las cuerdas.
No encontrar placer en lo que solía ser agradable puede hacer que te sientas apagado o como si quisieras volver a «tu normalidad».
La depresión se siente como si no se consiguiera hacer nada
Si sientes que tu cerebro está disparando de forma diferente últimamente, no estás imaginando cosas. Hay muchos síntomas cognitivos de la depresión.
La baja energía, la falta de sueño, la dificultad para concentrarse y la baja motivación pueden provocar dificultades para realizar las tareas del día, como ir al gimnasio, hacer la compra o incluso hacer las cuentas.
La depresión se siente como un dolor de cuerpo
La investigación ha demostrado que síntomas físicos como el dolor están relacionados con la depresión, posiblemente debido a un desequilibrio de los mensajeros químicos (neurotransmisores) en el cerebro. Los neurotransmisores que intervienen en la percepción del dolor, como la serotonina y la norepinefrina, son los mismos que intervienen en la regulación del estado de ánimo.
Con la depresión, el umbral del dolor disminuye, por lo que puedes experimentar dolor en las articulaciones y los músculos. Puedes experimentar dolores de cabeza más frecuentes, dolor articular, dolor muscular o fibromialgia.
La depresión se siente como una idea de autolesión
La ideación suicida existe en un espectro, desde los pensamientos de suicidio hasta los intentos de suicidio. Puede ser sólo un pensamiento, como desear no despertarte mañana o sentirte tranquilo con la idea de tener un accidente de coche mortal. También puede ser más activo, como idear un plan o fijar una fecha para hacerte daño.
Sea lo que sea lo que sientas, puedes superarlo. Es la depresión la que habla. Hay recursos disponibles para hacer frente a este dolor.
¿Existe una diferencia entre la depresión no tratada y la tratada?
Sí, hay una diferencia entre los síntomas de la depresión no tratada y la tratada. Es posible que los síntomas y los efectos secundarios sean más graves si vives con una depresión no tratada durante un tiempo.
La depresión no tratada puede ser difícil de manejar por tu cuenta. Con apoyo profesional, es posible mejorar cómo te sientes y funcionas.
La depresión es más común de lo que mucha gente cree, y no estás solo en esto. El hecho de que a menudo no se hable abiertamente de ella hace que algunas personas piensen que son las únicas que se sienten así, pero es algo que mucha gente experimenta en algún momento de su vida.
De hecho, es una afección que mucha gente ha aprendido a manejar con eficacia. Un profesional de la salud mental, puede ayudarte. No hay que avergonzarse de ir a terapia y compartir tus sentimientos con una persona neutral. Cuando sientas que tu depresión es demasiado para que puedas manejarla sola, busca ayuda profesional.
Un resumen sobre la depresión
Los síntomas de la depresión son tan diversos como las personas que los experimentan. Puede que llores más, que duermas menos horas o que te sientas alejado de lo que antes era importante para ti. Puede que te resulte difícil hacer cosas o que tengas dolores inexplicables en el cuerpo.
Todo esto, y cualquier otra experiencia, es válido.
Hay varias formas de afrontar la depresión y muchas opciones de tratamiento disponibles. También hay estrategias para cuidar de ti mismo cuando vives con depresión. Para empezar el proceso de curación, puede resultar útil acudir a un terapeuta que «entienda» la depresión.
En Mejor sin Ansiedad te ofrecemos ayuda para que no tengas que pasar por esto solo. Hay ayuda disponible y la recuperación es posible.
¿Qué tipo de problemas atiende un psicólogo?
El número de personas que experimentan malestar psicológico sigue creciendo en España y en el resto del mundo. El malestar puede manifestarse de muchas maneras, y para muchos, estos problemas empiezan a afectar a su felicidad, a sus relaciones cercanas, a su trabajo y/o a su día a día. Por desgracia, muchos individuos que sufren uno o varios de estos problemas suelen sentirse solos e inseguros de cómo resolverlos por sí solos.
Nuestro equipo se ha formado para evaluar los síntomas psicológicos y trabajar junto a nuestros clientes para identificar sus necesidades y objetivos concretos. Una vez identificadas las necesidades y los objetivos, podremos formular juntos la terapia más adecuada, un plan de tratamiento que te haga sentir esperanzado y capacitado para superar las dificultades de tu vida.
En esta entrada del blog, hablamos de algunos problemas habituales que nos llegan a la consulta de psicología.
¿Qué son los trastornos psicológicos?
Los trastornos psicológicos describen un conjunto de síntomas que experimenta un individuo y que le causan malestar subjetivo e interfieren en aspectos importantes de su vida (por ejemplo, las relaciones, el trabajo, la salud). Los trastornos psicológicos pueden implicar cambios en la forma de pensar y de responder emocionalmente, o incluso comportarse. Presentamos algunos de los problemas habituales en psicología. Es importante tener en cuenta que éstos pueden aplicarse a ti o no. Hay varias razones por las que una persona puede buscar asesoramiento y no es necesario un diagnóstico psicológico para que te beneficies de los servicios de asesoramiento.
Depresión
La depresión es seguramente uno de los problemas más comunes que se presentan en la consulta de psicología. Hay varias razones por las que un individuo puede experimentar depresión. Para algunas personas, la depresión aparece y desaparece a lo largo de la vida. Para otras, un episodio depresivo puede desarrollarse tras un acontecimiento estresante, como una separación, la pérdida del trabajo o el fallecimiento de un ser querido. Los factores genéticos, las habilidades individuales de afrontamiento y los factores estresantes de la vida suelen interactuar para determinar el factor de riesgo de una persona para desarrollar una depresión. La depresión suele caracterizarse por:
- Tristeza general o bajo estado de ánimo
- Pérdida de interés o placer
- Sentimientos de culpa, desesperanza o indignidad
- Cambios en los patrones de sueño y alimentación
- Falta de concentración
- Fatiga o dificultades de motivación
Como puedes imaginar, la depresión puede dificultar que las personas realicen actividades positivas, mantengan relaciones sanas, inicien conductas y sean compasivas consigo mismas. Por desgracia, muchos de estos procesos sirven para mejorar la depresión o pueden proteger contra los factores de estrés a los que inevitablemente nos enfrentamos a lo largo de la vida.
En Mejor sin Ansiedad, nuestro equipo puede trabajar contigo para superar los síntomas depresivos mediante intervenciones cognitivo-conductuales que se centrarán en los patrones de pensamiento poco saludables y fomentarán el compromiso activo con conductas beneficiosas para el bienestar.
Ansiedad
La ansiedad es otro problema común en nuestra consulta de psicología y aproximadamente el 50% de las veces, la ansiedad coexiste con la depresión. Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos ante situaciones o acontecimientos. Los síntomas de ansiedad pueden incluir:
- Sentirse frecuentemente inquieto o al límite
- Irritabilidad, mal humor
- Sensaciones de pánico, dificultad para respirar
- Catastrofismo, pensar siempre en lo peor
- Dificultad para tolerar la incertidumbre
- Dificultad para concentrarse, para tomar decisiones
- Evitar situaciones o personas temidas
Las personas pueden experimentar la ansiedad de forma diferente. En algunos casos, los pensamientos pueden ser los más preocupantes. Por ejemplo, un hombre que tiene miedo de salir de casa después de un accidente de coche porque no deja de imaginarse a sí mismo lesionado. En otros casos, los síntomas físicos pueden ser lo primero que note el individuo. Por ejemplo, una mujer que experimenta una aparición repentina de síntomas de pánico (por ejemplo, aceleración del corazón, dificultad para respirar, temblores) llama a la ambulancia por miedo a que le dé un ataque al corazón, pero más tarde se le diagnostica un Trastorno de Pánico. En cualquier caso, Mejor sin Ansiedad puede ayudarte a entender mejor qué es la ansiedad, por qué la tenemos y cómo puedes disminuir tu ansiedad hasta un nivel que sea saludable, protector y manejable.
Ataques de Pánico
Los ataques de pánico son algo más que una experiencia emocional. Cuando alguien experimenta un ataque de pánico, se desencadena su respuesta de «lucha o huida», y experimenta una reacción física de todo el cuerpo que puede ser tan aterradora como el propio pánico. Los síntomas más comunes son los pensamientos acelerados, la aceleración de los latidos del corazón, la falta de aliento, los temblores, el entumecimiento, los mareos o los desmayos, y las náuseas o las molestias digestivas. Los ataques de pánico pueden ser debilitantes y afectar seriamente a tu calidad de vida.
Los ataques de pánico suelen considerarse un síntoma de ansiedad, pero no todas las personas que padecen un trastorno de ansiedad experimentan ataques de pánico. Los puede experimentar cualquier persona con un trastorno de salud mental, como los trastornos depresivos y los trastornos por abuso de sustancias. A veces, personas sin antecedentes de enfermedad mental experimentan ataques de pánico.
Si experimentas ataques de pánico periódicos y recurrentes, se te puede diagnosticar un trastorno de pánico, un trastorno de salud mental independiente que experimenta el 2-3% de la población. El tratamiento del trastorno de pánico y de los ataques de pánico suele incluir terapia, medicación, o ambas cosas. Es importante que las personas que experimentan ataques de pánico obtengan ayuda, porque los ataques recurrentes pueden conducir a un aislamiento extremo, o a otros trastornos de pánico asociados, que pueden limitar gravemente la capacidad de la persona para funcionar normalmente y llevar una vida plena.
También podemos ayudarte
- Timidez y fobia social
- Miedos y fobias
- Estrés
- Trastornos del control de los impulsos
Contacta con Mejor sin Ansiedad para saber más sobre cómo podemos ayudarte. Recuerda que mediante la terapia, y teniendo en cuenta tus objetivos concretos, te ayudaremos a superar cualquier problema que te genere malestar psicológico.