La Depresión no es una elección sino más bien un estado o Trastorno. Las personas que las padecen muchas veces reportan o verbalizan claramente su malestar e incluso afirman estar “poniendo de su parte” o “estar haciendo su máximo esfuerzo” para sentirse mejor e incluso hacer las actividades básicas como: comer, ducharse o salir de la cama.
El día a día se convierte en una auténtica batalla y suplicio, una cuesta arriba casi imposible de superar.
A ojos de observadores de las personas que sufren la depresión, se percibe un escenario diferente, una conducta aletargada, sin energía, sin ilusión, apática. Familiares, amigos o conocidos del depresivo intentan de múltiples formas ayudar a la persona que padece este trastorno, pero sin conseguir cambios o grandes ganancias tras sus intentos.
Todo lo anterior descrito en muchas ocasiones trae consecuencias negativas bilaterales, en el caso de la persona depresiva, un sentimiento de culpa por no conseguir satisfacer las necesidades u objetivos de la persona que intenta ayudarla y un sentimiento de incomprensión, por la contraparte o persona que intenta ayudar, puede llegar a sentir agotamiento, desesperanza y confusión por no conseguir su objetivo.
Ayuda profesional para la Depresión
Es aquí, entonces, cuando la ayuda profesional toma vital importancia. Concretamente los psicólogos consiguen ayudar, no sólo al paciente o persona que sufre la ansiedad, sino también a sus familiares o seres queridos que se preocupan e intentan solventar la situación – sin tener idea de qué se debe hacer o incluso a comprometer su salud psicológica y emocional tras verse incapaces de resolver el problema.
Acciones para ayudar la persona deprimida
Entonces, enumeramos y describimos aquellas acciones que realiza un psicólogo para ayudar a una persona con depresión:
1. En primer lugar evaluará al paciente en profundidad consiguiendo con ella una profunda comprensión del problema, un adecuado análisis funcional explicativo de la situación del paciente.
2. Realizará una “hoja de ruta” o plan de tratamiento concreto en función al objetivo/s y necesidades o problemáticas que tenga el paciente, entendiendo a la Depresión como una variable dependiente (consecuente) y accionará sobre las variables independientes (las responsables de la depresión).
3. Ofrecerá al paciente una explicación sencilla (adaptada al lenguaje y comprensión del sujeto) del problema. Esto ayuda a la persona a conocer su problemática y cómo inciden los factores en él. La comprensión del problema es muy útil ya que reduce sustancialmente la ansiedad, sentimiento de descontrol, culpabilidad y explicaciones impropias que puede auto administrarse el paciente.
4. Proporcionará una escucha activa y comprensión de su problema sin ser juzgado, en un entorno seguro, recibiendo al mismo tiempo orientaciones basadas en la objetividad.
5. El profesional trabajará con el paciente
- a nivel cognitivo (modificando pensamientos y formas erróneas de interpretar)
- a nivel conductual (procurará activar al paciente aumentando el número de actividades agradables y mejorando su activación general)
- a nivel emocional (enseñará al paciente cómo regular sus emociones)
- a nivel relacional (ayudará al paciente a tomar decisiones, comunicarse de manera efectiva, resolver problemas).
6. Guiará al paciente en las actividades cotidianas ya que estas pueden representar un gran reto para quien padece depresión, en ocasiones y con ayuda del profesional se deben establecer submetas para que la persona no pierda la esperanza y se sienta inútil tras haber disminuido sustancialmente el número de actividades que normalmente haría sin estar deprimida.
7. Proporcionará orientación a los familiares y compañía de las personas que padecen depresión, además dotará a estas personas de información específica ante situaciones de crisis o peligrosas, cuando se sospeche o haya habido algún intento de suicidio.
8. Monitorizará con frecuencia y asiduidad los estados emocionales y sus fluctuaciones.
9. Servirá de contención y apoyo en momentos duros y de alta complejidad emocional para el paciente.
10. Establecerá un contrato de vida ante la tentativa o intento de suicidio, además de poner en marcha un protocolo antes pactado (ejem. Llamar a un familiar/amigo, llamar al 112, mantenerse acompañado, etc) con el paciente para atender adecuadamente este tipo de contingencias (si se diera el caso).
En líneas generales podemos decir que el psicólogo se convierte en una pieza fundamental ante la depresión, ayudando a quien la padece a nivel cognitivo, conductual y relacional.