¿Cómo puede ayudar la terapia a tu fobia?
La fobia es un trastorno perteneciente al grupo de los trastornos de ansiedad. Se trata de un temor/miedo desproporcionado a objetos, animales, personas, situaciones, etc. que produce una conducta de escape y evitación ante lo temido. No es extraño escuchar a las personas que padecen este trastorno verbalizaciones del tipo: “No puedo con ello… me supera enfrentarme a esa situación… Me produce auténtico terror…”. Estas verbalizaciones van acompañadas de conductas explícitas en las que se producen y evidencian conductas de evitación o escape ante lo temido, por ejemplo, si una persona tiene fobia social, procurará no enfrentarse a situaciones de esta índole, no asistirá a fiestas o encuentros en los que se vea en la necesidad y/u obligación de interactuar con más de una o dos personas a la vez.
Como podemos darnos cuenta, algunas fobias serán mucho más limitantes y desadaptativas que otras. Por tanto, imaginemos por un momento a una persona que está estudiando para ser piloto y tenga o sienta auténtico terror a las alturas o a volar, a una enfermera con fobia a las jeringuillas o un veterinario con terror hacia los gatos o perros.
En estos casos nos encontramos con situaciones que interfieren de forma más invalidante y evidente, con ello no queremos decir que se deban atender sólo a aquellas situaciones de temor desproporcionado o fobia que estén relacionadas exclusivamente con nuestras labores, profesiones o trabajos.
Lejos de ello lo que sí debemos entender, es que todo aquello que nos genere malestar físico y mental debe ser tratado, es cierto que algunas personas que padecen de fobias intentan buscar la manera de resolver las situaciones de forma menos eficiente, por ejemplo, las personas que tienen fobias a los espacios cerrados como los ascensores, buscarán la manera de subir por las escaleras, aquellas que temen a los túneles darán vueltas astronómicas para llegar a su destino con tal de no atravesar el túnel.
Lo que está claro es que todos estos atajos o conductas evitativas lejos de proporcionarnos una ayuda lo que consiguen es reforzar nuestra fobia.
Diferencias entre el miedo y la fobia
Es importante establecer diferencias entre el miedo y la fobia.
El miedo (aunque se encuentre en el grupo de las emociones displacenteras) es una emoción que se considera normal y adaptativa ya que nos protege de los peligros reales y nos conduce a accionar ante ellos. Ante el miedo podemos notar reacciones fisiológicas en nuestro cuerpo como taquicardia, sudoración, temblores, etc. El miedo, como emoción displacentera regulada, no supone o compromete nuestra vida cotidiana o rutinas.
En cambio, la fobia se presenta en forma de miedo intenso, duradero, desproporcionado y desadaptativo, ya que el miedo que siente la persona no la protege de ningún evento o fenómeno, dado que se manifiesta ante objetos, situaciones o personas que no son peligrosas per se, además produce cambios en las rutinas de las personas, modifica sus hábitos y estilos de vida, por otro lado, y de cara a lo que son los síntomas físicos derivados son más poderosos, molestos, evidentes y duraderos.
¿Cómo te puede ayudar un psicólogo a superar la fobia?
Con todo lo antes mencionado y descrito, es importante tener presente que las fobias pueden ser tratadas con éxito por medio de la terapia psicológica y conseguir una remisión total tras su finalización, este mismo debe ser proporcionado por un profesional de la psicología. La Fobia puede tratarse perfectamente en un formato online.
Por otra parte, es importante saber que no existen tratamientos farmacológicos para la cura de la fobia, lo que sí podría hacerse es combinar el tratamiento psicológico con algún fármaco específico para la ansiedad.
La Terapia Cognitiva Conductual (dentro de las diversas corrientes existentes en psicología), se entiende o conoce como la más eficaz para este tipo de problemas por poseer técnicas validadas empíricamente.
Los psicólogos ayudan a las personas que padecen de este trastorno de las siguientes maneras:
- Evalúan al paciente con el fin de conocer la problemática con profundidad y hacer un diagnóstico y posterior tratamiento.
- Ayudan a conocer la etiología u origen del problema, si hay historial de aprendizaje (vicario u observación), experiencial, dificultad en la gestión de las emociones en un momento concreto, genética, etc.
- Enseñan a los pacientes a regular las emociones.
- Aporta información extensa y pormenorizada sobre el problema, de esta forma el paciente reconoce cómo se produce.
- Trabajan en conjunto con el paciente los aspectos cognitivos del problema (pensamientos automáticos negativos, pensamientos anticipatorios, creencias disfuncionales, etc.
- Extingue la fobia por medio de la Exposición (técnica concreta que se utiliza en el tratamiento de la fobia). Estableciendo en conjunto al paciente el gradiente de exposición de forma cautelosa.
- Ayudará al paciente a recobrar su vida y completo funcionamiento.
En conclusión, podríamos decir que el malestar asociado a las fobias, en especial cuando éstas no se diagnostican y tratan, puede llevar a complicaciones psiquiátricas posteriores como otros trastornos de ansiedad, trastorno depresivo mayor y trastorno inducido por sustancias (sobre todo por el alcohol). Es importante acudir a un especialista si se padece sus síntomas. En Mejor sin Ansiedad podemos ayudarte ya que somos especialistas en el área.
¿Qué hacer antes de visitar a un psicólogo por primera vez?
En ocasiones arrastramos gran malestar psicológico y emocional, pero por diversas razones de tipo personal, económico u organizativo no damos inicio a una terapia o busca de ayuda profesional.
Por otra parte, pensamos que el malestar que sentimos tiene los “días contados” y una remisión espontánea de los síntomas, incluso es frecuente escuchar la errónea frase: “el tiempo lo cura todo”, minimizamos la importancia del problema e incluso intentamos darle alguna explicación que nos parece lógica.
De esta forma posponemos en el tiempo la toma de decisiones de visitar a un especialista y corremos el riesgo de cronificar nuestro problema o trastorno.
La terapia online para mejorar la salud mental
En la actualidad millones de personas confían en la psicología y disfrutan de las ventajas que tiene la terapia online, ya que a través de ella consiguen mejorar su salud mental y emocional con mayor eficiencia, economía, comodidad y facilidad en la continuidad del tratamiento.
A continuación, comentaremos algunas recomendaciones previas a la primera visita a un psicólogo:
- Es aconsejable en primer lugar dar prioridad a la situación que estamos viviendo y entender que la salud mental es de vital importancia. Reconocer que tenemos un problema muchas veces no es tarea sencilla, incluso puede pasar que el propio individuo no lo detecte sino llegado a un punto extremo en el que el mismo problema ha adquirido grandes dimensiones y complejidad.
- Podemos como futuros pacientes hacer un ejercicio introspectivo en el que apuntemos aquellos pensamientos recurrentes, emociones o preocupaciones que nos generen malestar.
Incluso podemos hacer una breve descripción de lo que consideramos que es el problema que nos lleva a terapia. Esta tarea no debe agobiarnos en exceso dado que el especialista está consciente de la dificultad que supone identificar un problema, es por ello que por medio de preguntas estructuradas y semiestructuradas (en el curso de la primera sesión y las siguientes) ayudará al paciente a aportar información de gran utilidad para el especialista, de esta forma podrá identificar las hipótesis del problema, encuadrar el caso y dar un adecuado enfoque.
- También se puede hacer una pequeña investigación sobre las diversas corrientes de la psicología y las formas en las que trabajan. Tener una breve orientación sobre ellas y algunas de las técnicas que utilizan puede ser interesante y orientativo. Se recomiendan aquellas que disponen de técnicas validadas empíricamente, como es el caso de la Terapia Cognitivo Conductual. En Mejor Sin Ansiedad somos conscientes de la relevancia de ello, por eso trabajamos bajo esta corriente psicológica.
- Evitar el autodiagnóstico, muchas veces accedemos a la información que proporciona internet e intentamos etiquetar nuestros problemas con el fin de buscar fórmulas auto aplicadas y resolver el malestar sin la debida evaluación, diagnóstico y tratamiento de un especialista.
Esto ocurre no sólo en psicología sino en la medicina tradicional, es de conocimiento extendido que algunas personas utilizan fármacos de forma impropia, sin la prescripción de un médico.
- Pensar en las facilidades o cercanía de la consulta, es importante tener en cuenta que acudir a terapia o a una consulta por primera vez supondrá con alta probabilidad sucesivas visitas ya que nos enfrentamos a un proceso.
La terapia online respalda esta idea ya que facilita el ajuste en tiempo, dinero y continuidad.
- Es de vital importancia que verifiques que el especialista está certificado y cumple con las exigencias para el ejercicio de la profesión.
Esto último no es sólo una recomendación sino también un derecho que tiene el paciente y que recoge debidamente el código deontológico del psicólogo.
- Confiar en el hecho de que la experiencia a la que nos vamos a enfrentar nos conducirá a mejorar nuestra salud y a un crecimiento personal.
En Mejor Sin Ansiedad contamos con la experiencia y profesionalidad para ayudarte en la problemática que nos presente, además de hacerlo con amor, implicación y total compromiso.
¿Cómo puede ayudar un psicólogo a un paciente con depresión?
La Depresión no es una elección sino más bien un estado o Trastorno. Las personas que las padecen muchas veces reportan o verbalizan claramente su malestar e incluso afirman estar “poniendo de su parte” o “estar haciendo su máximo esfuerzo” para sentirse mejor e incluso hacer las actividades básicas como: comer, ducharse o salir de la cama.
El día a día se convierte en una auténtica batalla y suplicio, una cuesta arriba casi imposible de superar.
A ojos de observadores de las personas que sufren la depresión, se percibe un escenario diferente, una conducta aletargada, sin energía, sin ilusión, apática. Familiares, amigos o conocidos del depresivo intentan de múltiples formas ayudar a la persona que padece este trastorno, pero sin conseguir cambios o grandes ganancias tras sus intentos.
Todo lo anterior descrito en muchas ocasiones trae consecuencias negativas bilaterales, en el caso de la persona depresiva, un sentimiento de culpa por no conseguir satisfacer las necesidades u objetivos de la persona que intenta ayudarla y un sentimiento de incomprensión, por la contraparte o persona que intenta ayudar, puede llegar a sentir agotamiento, desesperanza y confusión por no conseguir su objetivo.
Ayuda profesional para la Depresión
Es aquí, entonces, cuando la ayuda profesional toma vital importancia. Concretamente los psicólogos consiguen ayudar, no sólo al paciente o persona que sufre la ansiedad, sino también a sus familiares o seres queridos que se preocupan e intentan solventar la situación – sin tener idea de qué se debe hacer o incluso a comprometer su salud psicológica y emocional tras verse incapaces de resolver el problema.
Acciones para ayudar la persona deprimida
Entonces, enumeramos y describimos aquellas acciones que realiza un psicólogo para ayudar a una persona con depresión:
1. En primer lugar evaluará al paciente en profundidad consiguiendo con ella una profunda comprensión del problema, un adecuado análisis funcional explicativo de la situación del paciente.
2. Realizará una “hoja de ruta” o plan de tratamiento concreto en función al objetivo/s y necesidades o problemáticas que tenga el paciente, entendiendo a la Depresión como una variable dependiente (consecuente) y accionará sobre las variables independientes (las responsables de la depresión).
3. Ofrecerá al paciente una explicación sencilla (adaptada al lenguaje y comprensión del sujeto) del problema. Esto ayuda a la persona a conocer su problemática y cómo inciden los factores en él. La comprensión del problema es muy útil ya que reduce sustancialmente la ansiedad, sentimiento de descontrol, culpabilidad y explicaciones impropias que puede auto administrarse el paciente.
4. Proporcionará una escucha activa y comprensión de su problema sin ser juzgado, en un entorno seguro, recibiendo al mismo tiempo orientaciones basadas en la objetividad.
5. El profesional trabajará con el paciente
- a nivel cognitivo (modificando pensamientos y formas erróneas de interpretar)
- a nivel conductual (procurará activar al paciente aumentando el número de actividades agradables y mejorando su activación general)
- a nivel emocional (enseñará al paciente cómo regular sus emociones)
- a nivel relacional (ayudará al paciente a tomar decisiones, comunicarse de manera efectiva, resolver problemas).
6. Guiará al paciente en las actividades cotidianas ya que estas pueden representar un gran reto para quien padece depresión, en ocasiones y con ayuda del profesional se deben establecer submetas para que la persona no pierda la esperanza y se sienta inútil tras haber disminuido sustancialmente el número de actividades que normalmente haría sin estar deprimida.
7. Proporcionará orientación a los familiares y compañía de las personas que padecen depresión, además dotará a estas personas de información específica ante situaciones de crisis o peligrosas, cuando se sospeche o haya habido algún intento de suicidio.
8. Monitorizará con frecuencia y asiduidad los estados emocionales y sus fluctuaciones.
9. Servirá de contención y apoyo en momentos duros y de alta complejidad emocional para el paciente.
10. Establecerá un contrato de vida ante la tentativa o intento de suicidio, además de poner en marcha un protocolo antes pactado (ejem. Llamar a un familiar/amigo, llamar al 112, mantenerse acompañado, etc) con el paciente para atender adecuadamente este tipo de contingencias (si se diera el caso).
En líneas generales podemos decir que el psicólogo se convierte en una pieza fundamental ante la depresión, ayudando a quien la padece a nivel cognitivo, conductual y relacional.
¿Cuánto tiempo dura la depresión?
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado bajo estado de ánimo e incluso fluctuaciones en él mismo durante un día o durante un tiempo limitado.
Esto puede estar vinculado a que tengamos problemas concretos, experiencias vitales dolorosas como las rupturas sentimentales o pérdidas de seres queridos, problemas de salud, económicos, despidos laborales, mudanzas, etc. También puede estar vinculado a la forma en la que entendemos el mundo y las situaciones, concretamente a nuestra forma o estilo cognitivo. Se entienden estas fluctuaciones del estado del ánimo como normales (aunque molestas) y poco duraderas.
¿Qué es la Depresión?
No obstante, cuando este se hace persistente en el tiempo podríamos estar hablando de Trastorno del Estado del Ánimo. Estaríamos hablando de depresión cuando las personas presentan abulia (estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, en niños se puede mostrar un estado del ánimo irritable) o anhedonia (incapacidad de sentir placer por aquello que antes nos era placentero), y al menos cuatro o más de los siguientes síntomas durante mínimo dos semanas:
- pérdida o aumento de peso (fluctuación de al menos el 5% del peso habitual)
- insomnio o hipersomnia casi cada día
- agitación o enlentecimiento psicomotor (la ralentización o la obstaculización de tus actividades mentales o físicas)
- fatiga o pérdida de energía
- sentimientos de inutilidad, culpabilidad excesivos o inapropiados
- problemas para concentrarse
- pensamientos recurrentes de muerte.
¿Cuántas personas sufren de depresión?
Cabe destacar que la depresión es bastante frecuente, se estima que al menos un 12% de la población adulta ha presentado o presentará en el futuro un episodio depresivo de importancia clínica suficiente como para necesitar tratamiento. Incluso representa el 75% del total de las hospitalizaciones psiquiátricas, además, las tasas de suicidio han mostrado un incremento en los últimos años.
¿Fármacos o psicoterapia?
Si bien es cierto que se han dado algunos avances respecto al tratamiento con fármacos para la depresión, no menos cierto es que se ha encontrado evidencia de que este tipo de tratamiento no es eficaz en todos los casos, ya que entre el 30 y 40% de los pacientes no responden a la farmacología.
Sin embargo, para muchas personas, la psicoterapia funciona mejor en combinación con medicamentos. Ayuda a identificar las preocupaciones subyacentes que pueden sumarse a la depresión. En el trabajo con el terapeuta, también se puede ayudar al paciente a aprender comportamientos y estrategias específicas para superar la depresión. El tratamiento psicoterapéutico para la depresión también se puede hacer en formato online sin perder efectividad.
¿Cuánto puede durar la depresión?
La duración de un estado depresivo puede ser de semanas, meses e incluso años, lo más habitual es que dure de 4 a 6 meses. Existe la posibilidad de que la persona padezca de un trastorno depresivo persistente pero presentando menor intensidad en los síntomas, en estos casos estaremos hablando de la Distimia, un tipo de depresión continua y a largo plazo (cronificada). En estos casos es posible que la persona pierda interés en las actividades normales de la vida cotidiana, que se sienta desesperanzada, volviéndose incluso improductiva y mostrando baja autoestima y una sensación general de ineptitud o ineficacia general. Las personas que sufren de distimia suelen describirse así mismas como personas negativas o pesimistas, esto por supuesto afectaría el correcto funcionamiento de la persona en todas sus parcelas, relacional, académica, laboral.
También es importante decir que los estados depresivos pueden estar vinculados con trastornos o desajustes hormonales (por ejemplo bien por enfermedades como el hipotiroidismo o embarazos) u otras enfermedades fisiológicas o el consumo de alguna medicación no relacionada con las propias para el tratamiento de los trastornos del estado del ánimo.
Por tanto se recomienda hacer una exploración médica a parte de la psiquiátrica y la psicológica, de esta forma el paciente obtendría un diagnóstico diferencial y una adecuada intervención.
¿Cómo tratar la ansiedad en terapia?
En la actualidad existe un incremento importante de casos de ansiedad. En el mundo se registran más de 264 millones de personas que la padecen.
Es alarmante cómo incluso este trastorno tiene inicio cada vez con más frecuencia a edades muy tempranas, encontrando no solo adolescentes sino a niños/as con sintomatología ansiosa:
- Debido a las altas demandas del entorno social, académicas y generacionales
- Por tener pocos o deficientes medidas de afrontamiento y gestión emocional, organización del tiempo, solución de problemas<
- entre otras cosas.
Es importe resaltar un par de aspectos. El primero, que la ansiedad es una consecuencia y por ello es importante evaluar y conocer las causas que la producen. La segunda, que las personas cada vez se muestran más abiertas a pedir ayuda, no dejando transcurrir mucho tiempo, evitando la cronificación del problema, normalizando la visita al psicólogo. Además, hoy día contamos con las facilidades que nos ofrece la terapia online, siendo esta no sólo de eficacia comprobada sino también la mejor aliada para los casos en la que las agendas saturan el día a día y complican los traslados hacia las consultas presenciales.
Obtén un diagnóstico correcto de la Ansiedad
Los psicólogos atienden este frecuente problema en terapia en primer lugar entendiendo el caso del paciente desde un punto de vista individual, evaluando al paciente por medio de entrevistas estructuradas, semi estructuradas, en ocasiones haciendo uso de cuestionarios o test psicológicos que servirán al facultativo para comprobar sus hipótesis explicativas sobre el caso y establecer un diagnóstico concreto.
Una vez se tenga el diagnóstico, el psicólogo presentará al paciente un plan de tratamiento en el que se aborde la problemática desde varias perspectivas, a nivel emocional, cognitiva y conductual.
La Terapia Cognitivo Conductual
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es la que se ha mostrado más eficaz para tratar la ansiedad, debido a que esta misma contiene una serie de técnicas que han sido validadas empíricamente.
Esta corriente psicológica trabaja no sólo en la modificación de la conducta del sujeto sino también en la modificación de esquemas mentales, interviene en las formas en las que se interpreta la realidad, entrena al paciente a pensar de una forma más adaptativa y probabilística, enseña a detectar los pensamientos y reestructurar aquellos que no solo nos hacen daño emocional sino que se caracterizan por ser erróneos.
Por otro lado y según sea el caso en particular, es posible que se combine un tratamiento farmacológico con la psicoterapia, es importante resaltar que la farmacología en ningún caso resolverá el problema del paciente, sino que lo ayudará a tener una mejor disposición o base para el desarrollo de las técnicas aprendidas en terapia y consiguiente puesta en marcha de las mismas.
¿Qué se trabaja en terapia psicológica para reducir la ansiedad y por medio de qué técnicas se consigue?
Formas de pensar
En terapia el paciente aprende a pensar de una forma realista y objetiva ya que los pensamientos están directamente relacionados con los estados emocionales (entre ellos la ansiedad) y las conductas.
El psicólogo trabajará este objetivo por medio de la técnica llamada “Reestructuración Cognitiva”. En la aplicación de esta técnica el profesional enseña al paciente a detectar los pensamientos erróneos, negativos e intrusivos que generan el fuerte malestar al sujeto. El paciente analiza y comprueba la veracidad de estos pensamientos y se establecen modificaciones a ellos. Se enseña al paciente a contemplar e incluir otros pensamientos alternativos, alejando al sujeto de un estilo de pensamiento dicotómico, polarizado. De esta forma no sólo se consigue aprender a pensar de una forma más adaptativa sino también se obtienen beneficios a nivel emocional y conductual consecuentes de estas modificaciones cognitivas.
Aprender a reducir la tensión y a respirar
El terapeuta puede enseñar al paciente y entrenar con él la respiración profunda, haciendo uso de la técnica “Respiración Diafragmática” consiste en aprender un tipo de respiración relajante en el que usa el diafragma. El diafragma es el músculo que se encuentra debajo de las costillas y arriba del estómago. Con este tipo de respiración, el diafragma ocasiona que el estómago, en vez del pecho, suba y baje. Por medio de la respiración diafragmática se consigue hacer una respiración profunda, un llenado total de los pulmones (en las zonas altas, medias y bajas), al conseguir una mayor cantidad de oxígeno en los pulmones obtendremos mayor oxígeno en sangre, la sangre oxigenada recorre todo nuestro cuerpo, produciendo una sensación de relajación.
Aprender a afrontar las emociones
En terapia aprendemos a afrontar las emociones y la vida en general. El psicólogo enseña al paciente por medio de la técnica “Regulación Emocional” a tener un amplio conocimiento de las emociones neutras, ambivalentes, placenteras y displacenteras. Se aprende a identificarlas, etiquetarlas (ponerles nombres) y a partir de ahí establecer acciones concretas para cada emoción que permitan regularlas, evitando que estás mismas se muestren de forma impropias o desbordadas.
Por otra parte, el terapeuta podría trabajar con el paciente medidas de afrontamiento activo hacia un objeto, situación o persona (que produzca ansiedad) por medio de la técnica “Exposición” en la que se elabora un programa pormenorizado, compuesto por situaciones graduales a las que el sujeto bajo supervisión se irá exponiendo, comprobando que la ansiedad desaparece o se extingue ante la situación o aquello que inicialmente nos producía fuerte malestar.
En términos generales podríamos decir que en terapia se atiende la ansiedad desde la parte mental emocional y física.
¿Cuál es la mejor terapia para la depresión y ansiedad?
¿Te preocupas tanto que interfiere en tus actividades cotidianas? ¿O te sientes tan triste que nubla completamente tu perspectiva? ¿Experimentas a menudo estos o similares sentimientos juntos? No eres el único.
La incidencia de desarrollar una depresión además de un trastorno de ansiedad, o viceversa, es alta. Muchas personas con una depresión mayor sufren también ansiedad grave y persistente.
¿Cuál es la relación?
La depresión y la ansiedad pueden parecer bastante distintas, en su mayor parte. El principal síntoma de la depresión suele ser un estado de ánimo persistente, triste o desesperanzado, mientras que la ansiedad implica principalmente sentimientos abrumadores de preocupación, nerviosismo y miedo.
Pero estos trastornos comparten varios signos clave. La ansiedad, por ejemplo, suele implicar irritabilidad, y algunas personas con depresión pueden sentirse más irritables que tristes.
Dado que estos trastornos pueden manifestarse de forma diferente de una persona a otra, es posible que no siempre sepas exactamente qué significan tus síntomas.
También es posible tener depresión y ansiedad al mismo tiempo: Una encuesta mundial de 2015 descubrió que el 41,6% de las personas declararon tener tanto una depresión mayor como un trastorno de ansiedad durante el mismo periodo de 12 meses.
¿Una cosa importante que tienen en común la depresión y la ansiedad? Ambas pueden mejorar con el apoyo de un profesional de la salud mental.
A continuación, desglosaremos los principales síntomas y signos de cada enfermedad, además de ofrecer algunas estrategias para afrontarlas y consejos para encontrar apoyo.
Síntomas superpuestos
Aunque es importante recordar que no todas las personas que padecen depresión, ansiedad o ambas afecciones experimentan el mismo conjunto de síntomas, ambas afecciones suelen presentar varios de los mismos síntomas.
Los síntomas que puedes experimentar con cualquiera de las dos afecciones son:
- cambios en los patrones de sueño
- cambios en el nivel de energía
- aumento de la irritabilidad
- problemas de concentración, enfoque y memoria
- dolores y molestias estomacales que no tienen una causa clara
La rumiación también puede darse en ambos casos. En términos básicos, la rumiación se refiere a un bucle persistente de pensamientos oscuros, tristes u otros negativos. Puede que no quieras estos pensamientos, pero parece que no puedes dejar de pensar en ellos.
Obtener un diagnóstico
Si no te sientes del todo bien, un buen paso es acudir a un profesional de la salud mental o a otro médico que trate la ansiedad y la depresión.
Tu médico habitual, si lo tienes, puede ofrecerte una derivación a un terapeuta. Dependiendo de tus síntomas, también pueden recomendar análisis de sangre, orina y otros análisis de laboratorio para ayudar a descartar problemas médicos subyacentes. Algunas enfermedades, como las de la tiroides, pueden provocar depresión y otros cambios de humor.
Ninguna prueba por sí sola puede diagnosticar la depresión o la ansiedad. En su lugar, el terapeuta suele empezar haciendo preguntas sobre tus síntomas, incluyendo el tiempo que los has tenido y cómo afectan a tu vida diaria, para obtener más información sobre lo que estás experimentando.
Ten en cuenta que una descripción abierta y honesta de tu estado de ánimo puede ayudarles a comprender mejor cómo te sientes, lo que puede conducirles al diagnóstico correcto.
Un buen terapeuta no te juzgará ni te dirá que no deberías sentirte de determinada manera. Te escuchará con atención y te ofrecerá apoyo para identificar y tratar tus síntomas.
Según los criterios del «Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, el diagnóstico requiere:
- Para la depresión: Experimentas siempre la abulia (estado deprimido que en niños puede manifestarse como irritabilidad) o la anedhonia y 5 o más síntomas de los 9 que componen la depresión, al menos durante 2 semanas.
- Para la ansiedad: Experimentas una preocupación excesiva e incontrolable, junto con 3 síntomas adicionales de ansiedad la mayoría de los días, durante al menos 6 meses.
Si cumples los criterios de ambos trastornos, un profesional de la salud mental suele diagnosticar ambos.
¿Pueden tratarse juntos la ansiedad y la depresión?
Sí. Nadie tiene por qué sufrir un trastorno de ansiedad o una depresión, y desde luego no ambos. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad deben hablar con un terapeuta u otro profesional sanitario sobre sus síntomas y comenzar el tratamiento lo antes posible.
El tratamiento de la depresión y la ansiedad concurrentes puede ser a veces más complicado que el tratamiento de un solo trastorno. Incluso cuando recibes tratamiento para una de las afecciones, algunos síntomas pueden persistir o parecer que se combinan con los otros.
Un profesional de la salud mental puede recomendar la combinación de enfoques de tratamiento, ya que lo que ayuda a aliviar los síntomas de la depresión no siempre alivia los síntomas de la ansiedad, y viceversa.
Las estrategias de tratamiento eficaces suelen consistir en una combinación de terapia de conversación (psicoterapia), ciertos cambios en el estilo de vida y a veces la necesidad de medicación.
Estos pueden incluir:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC se centra en enseñar a las personas a desafiar sus pensamientos negativos para utilizar habilidades de afrontamiento y técnicas de relajación para reducir el estrés. La TCC no sólo es un tratamiento establecido para la ansiedad y la depresión, sino que también es la psicoterapia mejor estudiada para tratar el dolor, según Harvard Health.
Psicoterapia interpersonal (IPT)
La IPT se centra en la conexión entre la aparición de los síntomas y los problemas interpersonales actuales, como el duelo no resuelto, las disputas en las relaciones y el aislamiento o retraimiento social.
Técnicas de relajación
La meditación de atención plena -una forma de entrenar la mente para frenar los pensamientos acelerados, dejar de lado la negatividad y calmar tanto la mente como el cuerpo sentándose en silencio y concentrándose en la respiración- puede aliviar los síntomas tanto de la ansiedad como de la depresión y mejorar la calidad de vida, según una amplia revisión de la investigación publicada en marzo de 2014 en JAMA Internal Medicine.
Conclusión
La ansiedad y la depresión pueden resultar abrumadoras, sobre todo cuando vives con ambas afecciones, o no estás seguro de con qué afección estás tratando.
Pero no tienes que, y probablemente no deberías, gestionar esos síntomas tú solo. Conseguir apoyo para la angustia que dura más de unos días o que empieza a afectar a tu vida diaria puede ayudarte mucho a encontrar alivio.
En lo que respecta al tratamiento de la depresión y la ansiedad, tienes muchas opciones. No existe un tratamiento único que cure todos los casos. Cada persona es diferente y hay que hacer un plan de tratamiento personalizado sólo para ti. Un terapeuta siempre puede ofrecer más orientación para identificar los síntomas y los posibles desencadenantes, y explorar los enfoques más útiles del tratamiento.
¿Qué ventajas tiene llevar una atención psicológica a distancia?
La terapia online es tan eficaz como la terapia presencial, y además tiene muchas ventajas adicionales. He aquí por qué podría ser idónea para ti.
En los últimos años, todos nos hemos vuelto más dependientes de la tecnología: para comprar, aprender, socializar… prácticamente en todos los aspectos de la vida. Y la terapia es otro importante servicio al que ahora podemos acceder online, donde y cuando nos convenga. Los beneficios de la terapia online están ya ampliamente reconocidos. Así que está aquí para quedarse, incluso después de COVID.
Se prevé que el crecimiento de la terapia online continúe después de la pandemia. Mientras los confinamientos forzaban la vida -y la terapia- online, las investigaciones demuestran los beneficios de un videochat terapéutico online. Es tan eficaz como la terapia en persona, y conlleva toda una serie de beneficios adicionales. Entre ellas están las pragmáticas, como la comodidad y el coste, pero también otras menos obvias, relacionadas con la relación terapéutica.
Así que si estás pensando en dar el paso y te preguntas si es adecuado para ti, sigue leyendo para saber más sobre las ventajas de la terapia online y cómo puedes empezar.
¿Qué es la terapia online?
La terapia online es exactamente como suena. Es igual que la terapia en persona: lo único que cambia es el entorno.
Se acabaron los días en los que la única forma de obtener apoyo en salud mental era en el diván de un terapeuta. Con el auge de la terapia online, ahora puedes hablar con un psicólogo cualificado donde y cuando te convenga. El apoyo que necesitas está literalmente al alcance de tu mano.
Decir que la tecnología ha revolucionado nuestras vidas es quedarse corto. Nuestra comida china favorita para llevar puede estar en nuestro plato con sólo pulsar un botón, y un par de búsquedas por internet podría ser todo lo que necesitamos para encontrar el amor. También nos hemos acostumbrado a las citas médicas online durante la pandemia. Así que es natural que queramos la misma comodidad y facilidad cuando se trata de cuidar nuestra salud mental. Después de todo, empezar una terapia requiere valentía. Es un paso suficientemente grande, sin tener que preocuparse por los horarios de los autobuses, el cuidado de los niños o el distanciamiento social.
La terapia online no es un concepto nuevo, ya que existe desde hace tiempo. Pero últimamente cada vez somos más los que vemos los beneficios de la terapia online, sobre todo gracias a COVID. Cuando se aplicaron medidas de confinamiento más estrictas, las sesiones de terapia tuvieron que pasar a ser digitales y muchos clientes encontraron ese apoyo virtual inestimable. Pero hay muchos beneficios adicionales más allá de la facilidad de acceso durante una pandemia.
El trauma colectivo que todos hemos experimentado durante la pandemia también significa que la necesidad de terapia es mayor que nunca. Según un estudio realizado en 2021 por los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU., se ha producido un aumento significativo de la ansiedad y la depresión desde que comenzó la pandemia. Y eso es completamente comprensible. Aunque las cosas están mucho mejor, las investigaciones también demuestran que las consecuencias de la pandemia para la salud mental pueden estar empeorando mientras luchamos contra la fatiga de la pandemia, la guerra en Ucrania y la economía.
Si quieres aliviar tus ansiedades, enfrentarte a una fobia o simplemente convertirte en un mejor tú, la terapia online te permite acceder a los mismos mecanismos de afrontamiento que tendrías en una sesión presencial. Un psicólogo experto te guiará por el camino correcto utilizando terapias como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). Pero lo harán a través de tu teléfono, tableta u ordenador portátil.
8 beneficios de la terapia online
Conectar con un terapeuta online tiene muchas ventajas, tanto pragmáticas como emocionales. Para muchos de nosotros, dar el salto y empezar la terapia puede ser un poco desalentador. Puede que te sientas más cómodo haciendo una videollamada con tu terapeuta mientras tu perro está acurrucado a tus pies. O tal vez no haya suficientes horas en el día para ir a la consulta de tu terapeuta entre el trabajo y la recogida de los niños en el colegio.
Con ventajas como la accesibilidad, el coste, el tiempo y la privacidad, es insuperable que cada vez seamos más los que acudimos a la red en busca de ayuda. Y ni siquiera hace falta ser demasiado experto en temas digitales para empezar. Algunas de las principales ventajas de la terapia online son:
Accesibilidad
Hay muchas barreras físicas para acceder a la terapia en persona. Puede que vivas en una localidad rural, o que no puedas conducir. Si tienes una discapacidad física, atravesar la ciudad puede ser una pesadilla. O salir de tu cama puede parecerte casi imposible cuando te sientes mal. La terapia online ayuda a eliminar estos obstáculos geográficos. La distancia ya no es una barrera, porque hay alguien preparado y esperando para ayudarte con sólo pulsar un botón, allí mismo, en tu teléfono, tableta u ordenador portátil.
El tiempo
En nuestras agitadas vidas, el «tiempo para mí» puede ser difícil de conseguir. Puede que tengas una agenda frenética y trabajes en horarios irregulares. O tal vez seas un padre soltero o un cuidador que siempre va a contrarreloj. La terapia online se adapta a tu horario, de modo que puedes hablar con un terapeuta cuando y donde te venga bien, ya sea con una videollamada rápida antes de ir al trabajo por la mañana o con un práctico chat por mensajería en directo justo antes de acostar a los niños. Es importante que nos aseguremos de que nuestra mente funciona bien. Y una sesión de terapia rápida después de la cena o justo antes de nuestro turno de noche puede marcar la diferencia.
La privacidad
¿Te preocupa encontrarte con un vecino entrometido en la sala de espera? ¿O tal vez prefieras charlar sobre cómo te sientes dentro de los confinamientos de tu propia casa? Para algunos, la terapia online ofrece una reconfortante sensación de privacidad. Además, existen muchas medidas de seguridad para proteger tu intimidad online, desde servicios de encriptación de alto nivel hasta protección contra virus y contraseñas.
Anonimato
Aunque la relación cliente-terapeuta se considera altamente confidencial, algunas personas pueden no sentirse cómodas examinando sus sentimientos, pensamientos y comportamientos en una interacción cara a cara. El asesoramiento online proporciona anonimato y comodidad. A la hora de expresar tus sentimientos y pensamientos, puedes escribir, hablar, enviar mensajes de texto o comunicarte en tiempo real con tu asesor.
Comodidades del hogar
Admitámoslo: abrirse y hablar de lo que realmente sentimos puede ser duro. Realmente difícil. Pero, a veces, son las pequeñas cosas las que lo hacen más fácil. Algunos nos sentimos más cómodos abriéndonos online que en persona. Puede que se sienta menos desalentador. O tal vez te sientas más a gusto si puedes acurrucarte en tu sofá con unas acogedoras zapatillas de casa.
Coste
El mundo sería un lugar más feliz si todo el mundo pudiera acceder a la terapia, no sólo unos pocos. Si tienes poco dinero y la terapia en persona te parece cara, la terapia online puede ser un buen punto intermedio.
Distanciamiento social
El COVID se ha cobrado un gran precio en nuestro bienestar mental. Y si ya te pone nervioso conocer a gente nueva cara a cara, esa es una ansiedad y una barrera para la terapia que puedes evitar fácilmente. Aunque las directrices de distanciamiento social se han suavizado casi por completo, muchos de nosotros seguimos siendo reacios a conocer a los profesionales en persona cuando hay otra opción. También puede ser simplemente más difícil reservar citas en persona. Afortunadamente, ninguna de estas preocupaciones se aplica a las sesiones online. Sigues teniendo el apoyo de los expertos que necesitas. Puedes seguir trabajando y cuidando tu salud mental. Pero puedes hacerlo desde la comodidad (y la seguridad) de tu propia casa.
Mayor conocimiento
La terapia online te da la oportunidad de mostrar a tu terapeuta el entorno de tu casa, lo que puede proporcionar pistas útiles para tu terapia y tratamiento. Llevar la conversación más allá de los confinamientos de la consulta puede insuflar nueva energía y posibilidades al proceso terapéutico.
¿Es eficaz la terapia online?
Pero, ¿funciona? Sí. Realmente lo hace. La terapia online es mucho más que una charla por teléfono. Las investigaciones demuestran que la terapia online es tan eficaz como las sesiones en persona.
Tomemos como ejemplo la terapia cognitivo-conductual (TCC). Es posible que hayas oído hablar de ella porque es un tratamiento eficaz cuando se trata de la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos alimentarios, el pánico, el trastorno bipolar, la psicosis y las fobias (incluidas la agorafobia y la fobia social). Esencialmente, la TCC se basa en la idea de que nuestros pensamientos, sentimientos, lo que hacemos y lo que siente nuestro cuerpo están interconectados.
Muchos estudios han descubierto que la TCC online es al menos tan eficaz como la terapia presencial. Un estudio de 2018 publicado en la Revista de Trastornos Psicológicos descubrió que la TCC online era «igual de eficaz que la presencial». Y una revisión de 17 estudios realizada en 2020 descubrió que la TCC online para la depresión puede ser incluso más eficaz que la terapia presencial.
En muchos casos, se trata simplemente de encontrar al terapeuta adecuado, alguien en quien puedas confiar para que te guíe en la dirección correcta. A menudo puede ser un caso de ensayo y error. Todos somos únicos, lo que significa que cada uno tiene sus propios problemas diferentes en los que quiere trabajar.
En última instancia, cuando todo se reduce a esto, el cambio real y duradero empieza y termina contigo. No importa si empiezas ese viaje en la consulta de un terapeuta o detrás de la pantalla de un ordenador, al ponerte a trabajar estás dando el primer paso para convertirte en una persona más sana y feliz.
Cuidar nuestra mente es más importante que nunca. Así que si estás pensando en dar el paso, éstas son sólo algunas de las razones por las que la terapia online podría funcionar para ti. Averigua más sobre cómo funciona y cómo puedes empezar con Mejor sin Ansiedad.
¿Mi personalidad tiene relación con mis niveles de ansiedad?
¿Qué es la personalidad?
Lo primero que debemos conocer es que la personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades que configuran y definen la conducta y forma de ser de una persona ante determinadas situaciones, al mismo tiempo que diferencia a un individuo de otro. Se ha intentado relacionar este constructo “personalidad” con la ansiedad.
Por otra parte, diversos autores han desarrollado modelos explicativos sobre la ansiedad-personalidad. Por ejemplo, Spielberger (1975), desarrolla la Teoría Ansiedad Estado-Rasgo, en la que distingue de manera conceptual y operativa cada uno de estos dos conceptos. La ansiedad-estado, según este autor, se entendería como un «estado emocional» inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos.
Por su parte, la ansiedad-rasgo hace referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo, incluso se habla de su heredabilidad. Contrariamente a la ansiedad estado, la ansiedad-rasgo no se manifiesta directamente en la conducta y debe ser inferida por la frecuencia con la que un individuo experimenta aumentos en su estado de ansiedad, un individuo con alta ansiedad-rasgo tenderá a ver el mundo como un lugar peligroso, a tener un estilo de pensamiento más negativo, hacer interpretaciones catastrofistas y a verse desbordados con la ansiedad que generan estos estilos cognitivos.
La Ansiedad y la Personalidad
La Ansiedad en estas dos modalidades (como Estado o como Rasgo) pueden ser medidas en consulta por medio de cuestionarios específicos.
Por tanto, si una persona puntúa alto en Ansiedad Rasgo, probablemente se caracterizará por ser una persona normalmente más nerviosa que el resto, independientemente del entorno o experiencia vital en la que se encuentre. Tenderá a percibir las situaciones más amenazantes con elevaciones en la intensidad de la Ansiedad-Estado, al mismo tiempo.
Los sujetos con baja o medias puntuaciones en la dimensión Ansiedad-Rasgo, tenderán a puntuar más alto en la dimensión Ansiedad-Estado, viviendo los episodios de ansiedad como estados más transitorios, caracterizados por sentimientos de tensión y aprehensión subjetiva conscientemente percibida, además del aumento en la actividad del sistema nervioso autónomo. Lo que nos indica entonces que podemos encontrar personas que se muestran de forma más frecuente y sostenida ansiosas y eso se debe a sus características más estables de personalidad.
La ansiedad puede ser vencida
Es importante tener en cuenta que aunque tengamos una personalidad con más tendencia a la preocupación, a interpretar el mundo y las situaciones de forma más catastrofista, negativas o peligrosas, podemos aprender y entrenar en terapia estilos de pensamiento más adaptativos, medidas de afrontamiento más eficientes, a regular nuestros estados emocionales (como la ansiedad) y a vivir de una forma más placentera.
«No siempre puedes controlar lo que ocurre en el exterior. Pero siempre puedes controlar lo que ocurre en tu interior» – Wayne Dyer
Por otro lado, existen características de personalidad que pueden ayudarnos a contrarrestar estos rasgos de personalidad ansiógenos como:
- Resiliencia – tu capacidad para resistir la adversidad y recuperarte y crecer a pesar de los reveses de la vida
- Extroversión – las personas con un alto grado de extroversión tienden a buscar la estimulación social y las oportunidades de relacionarse con los demás
- Decisión – aprende a tomar decisiones más fácilmente
- Independencia – aprende a ser más independiente
- Seguridad – construye tu confianza en ti mismo
- Tolerancia a la frustración – aprende a ser más tolerante
- Positivismo – aprender a prestar atención a nuestros pensamientos y creencias racionales
- Adaptabilidad – aprender a adaptarse puede ayudarte a afrontar los cambios que están fuera de tu control
- Flexibilidad – encontrar un equilibrio entre estructura y espontaneidad
- entre otros.
Todas las anteriores mencionadas también se pueden entrenar o fortalecer en terapia. En Mejor sin ansiedad somos especialistas en el área y podemos ayudarte en ello.
Otros factores influyentes en la ansiedad
Por otro lado, no debemos olvidar otros factores influyentes en la ansiedad que no estar relacionados propiamente con la personalidad, como pueden ser:
- La etapa del ciclo vital en la que nos encontremos: los adolescentes suelen padecerla ya que suele ser una etapa crítica identitaria y emocional, en la que se empiezan a tener responsabilidades, en ocasiones pocos o deficientes recursos de afrontamiento. En el caso de las etapas más adultas, nos encontramos con los cambios vitales, problemas económicos, toma de decisiones importantes y responsabilidades como comprar una casa, casarse, tener familia, etc. En la tercera edad, nos encontramos también con las dificultades de responder a las enfermedades, dificultades en el autocuidado, aceptación de nuevos roles (bien sea de índole social como ser abuelos o ya más de índole laboral como la jubilación), entre muchos otros.
- Situaciones vitales inesperadas, colectivas y objetivamente estresantes: por ejemplo, en este caso podríamos mencionar los recientes períodos de confinamiento, incertidumbre y estrés colectivo producidos por la pandemia (COVID), también podríamos mencionar situaciones de guerra o conflictos sociales que producen malestar y perjuicios incuantificables.
- Experiencias traumáticas: cabe destacar que este tipo de experiencias pueden llevar al sujeto a padecer no sólo de estrés sostenido y ansiedad, sino también a generar heridas emocionales muy profundas que se convierten incluso en trastorno, como es el caso del Trastorno de estrés Post Trauma (TEPT), que es uno de los trastornos del grupo de Ansiedad. Incluso podemos llegar a no padecer el TEPT pero sí a generar un Trastorno Adaptativo que se compone de síntomas de fuerte ansiedad y bajo estado de ánimo. Puede ser por la muerte de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, la pérdida del trabajo o un cambio de país (entre otras situaciones).
- Padecer alguna enfermedad mental: dado que dificulta el procesamiento, en sí misma produce malestar y dificulta la puesta en marcha de mecanismos de afrontamiento.
- El género: las mujeres estadísticamente padecen 2 ó 3 veces más ansiedad que los hombres, esto es debido a los embarazos, desregularizaciones o cambios hormonales y la mayor prevalencia en trastornos del estado del ánimo como son:
- Los Trastornos de Ansiedad Generalizada (TAG) La tasa de prevalencia es del 4% de los hombres, frente al 7% en mujeres
- Trastornos de pánico o Angustia, las Fobias Específicas (como a la sangre, jeringuillas, animales, ascensores, aviones) tienen una prevalencia del 5% en hombres y del 11% en mujeres
- Trastorno de Estrés Post Trauma. La tasa de prevalencia es del 10% en mujeres, frente a un 5% de hombres.
En Mejor sin Ansiedad no sólo podemos hacer un estudio de personalidad que te ayude a conocerte y entender mejor tu conducta, forma de pensar y emociones, sino también atendemos las necesidades de cada individuo, confeccionamos un plan de tratamiento a medida y te ayudamos a mejorar tu calidad de vida.
¿Cómo hablar con un psicólogo por primera vez?
Si te has preguntado cómo hablar con un terapeuta por primera vez, no estás solo. A muchas personas les cuesta dar el primer paso de ponerse en contacto con un terapeuta por primera vez debido al miedo o la ansiedad. Esto es comprensible, ya que enfrentarse a tus miedos y empezar algo nuevo y desconocido puede resultar abrumador.
Cuando por fin has tomado la decisión de buscar ayuda para tus preguntas y preocupaciones sobre salud mental, y buscas un terapeuta cualificado, el paso inicial es ponerte en contacto con ellos.
Entendemos que llegar a este punto de pedir ayuda puede parecer realmente desalentador, y tratar de pensar en lo que le dirías a un nuevo terapeuta puede ser intimidante y confuso. Tenemos algunas ideas y consejos que pueden ayudarte a iniciar el proceso.
Cómo hablar con un terapeuta por primera vez online
Por suerte, en el mundo actual, contactar con un terapeuta es más fácil que nunca. Con la llegada del asesoramiento y la terapia online, ponerse en contacto con un terapeuta por primera vez es sencillo desde cualquier parte del mundo, siempre que tengas conexión a Internet. En Mejor sin Ansiedad trabajamos con nuestros pacientes solo online.
Hoy en día, muchos terapeutas prefieren que se les contacte primero por Internet y no por teléfono. Muchas personas encuentran que ésta es una forma más eficaz de comunicar sus pensamientos que por teléfono. El terapeuta también necesita esta información para determinar cómo y si puede ayudarte.
Iniciar la conversación con tu terapeuta
Antes de empezar reserva un tiempo para ti antes de la sesión
Es una buena idea programar un tiempo para ti mismo antes del comienzo de la sesión, especialmente si estás nervioso por la cita. Apaga el teléfono móvil y deja a un lado el trabajo para permitirte simplemente sentarte con tus sentimientos.
Prepararte para abrirte emocionalmente puede provocar estrés, haciendo que tu corazón lata más rápido. Esto obliga a tu cuerpo a liberar una hormona llamada cortisol, que puede provocar una respuesta de huida. Es perfectamente natural, pero puede ser contraproducente, así que invierte tiempo en centrarte en ti mismo, respirar y mantenerte hidratado.
Si ya estás nervioso por la cita, no necesitas el estrés añadido de «llegar» tarde a tu cita online.
¿Cómo hablo con mi terapeuta?
Al principio de la terapia puede que no sepas cómo iniciar una conversación con tu terapeuta. Iniciar la conversación es difícil, pero es importante para el proceso de creación de un vínculo con tu terapeuta. Para iniciar una conversación, puedes hablar de tus actividades diarias o de un día concreto que hayas tenido. Comparte algo sobre tu vida para establecer una conexión. Puedes compartir cualquier cosa que te preocupe en ese momento, aunque no tenga relación o parezca insignificante. La comunicación con tu terapeuta se hace más fácil con el tiempo, una vez que lo conoces mejor y se establece la conexión, así que no te preocupes.
Lo más probable es que tu terapeuta te haga varias preguntas para empezar a hablar. No obstante, habrá momentos durante el inicio de la terapia en los que tendrás que iniciar la conversación.
Habla de un día de tu vida
¿Qué haces cuando te levantas por la mañana? ¿En qué piensas? ¿Cómo te hace sentir el ir al trabajo? ¿Y antes de irte a dormir? ¿Cuáles son tus rutinas?
Plantearte estas preguntas debería servir para tomar impulso. También puede poner de manifiesto problemas de salud mental o, simplemente, preocupaciones que podrían haber quedado en segundo plano. Hablar de los hábitos diarios dará a tu terapeuta una idea de cómo estás cuidando tu salud mental. Entonces podrá sugerirte adiciones, modificaciones o alternativas.
Completa estas frases
«Hoy me siento…»
«Realmente necesito hablar de…»
«Algo que no mucha gente sabe de mí es…»
Aunque no apunten a tu problema más urgente, estas indicaciones son siempre una forma estupenda de establecer un vínculo con tu terapeuta y expresar tus sentimientos. Cuanto mejor sea el vínculo terapéutico, más progresos podréis hacer.
Di lo primero que tienes en mente
La terapia es uno de esos maravillosos y raros lugares en los que puedes dejarte llevar por completo e ignorar las normas sociales normales. Si te cuesta pensar activamente en algo que decir, anota el primer pensamiento que tengas. No es necesario que sea bonito, gramaticalmente correcto o estructurado. Incluso si el pensamiento es sobre cómo no se te ocurre nada que decir o te sientes atascado, no pasa nada.
A diferencia de un entorno social estándar, no habrá consecuencias negativas por ello. Los terapeutas no te juzgarán. Si se inicia el diálogo, vale la pena ponerlo por escrito y documentarlo.
Puedes utilizar estos consejos cada vez que tengas problemas para iniciar una charla con tu terapeuta, no sólo durante la primera conversación.
Si tu terapeuta te molesta
Si tu terapeuta dice algo que te duele o te ofende, no dudes en compartir estos sentimientos con él o ella. Ser abierto y honesto acabará por mejorar la terapia. La conversación «estoy enfadado contigo» es incómoda, pero merece la pena tenerla.
Es normal que a veces te sientas herido durante la terapia. Esto puede significar que estás removiendo los asuntos dolorosos y difíciles que te impiden vivir tu mejor vida. Se supone que los terapeutas deben desafiarte de vez en cuando y empujarte a convertirte en una mejor versión de ti mismo.
Pedir cambios
A veces las estrategias que intenta tu terapeuta no funcionarán tan bien como os gustaría a ambos. Si de vez en cuando no te sientes satisfecho con la terapia, no pasa nada. Comunica estas preocupaciones a tu terapeuta. Él o ella ajustará el tratamiento para satisfacer tus necesidades.
Ten expectativas realistas
La terapia es estupenda y puede ser muy beneficiosa, pero no es una cura mágica. Si entras en tu primera sesión de terapia y esperas salir completamente curado, te decepcionarás. Asegúrate de que tus objetivos son manejables y de que entiendes que la terapia es un proceso que requiere mucho trabajo.
Puede que tardes unas semanas o incluso unos años en alcanzar tu objetivo, y puede que el primer terapeuta con el que te reúnas no sea con el que termines tu viaje.
Los terapeutas son humanos, por lo que esperar que tengan todas las respuestas a tus preguntas es una buena forma de prepararte para la decepción. La terapia requerirá un trabajo tanto tuyo como de tu terapeuta, y no será tan sencillo y condensado como las sesiones de terapia que ves en los programas de televisión o en las películas.
Date crédito a ti mismo
No es fácil buscar ayuda para tu salud mental. Durante mucho tiempo, el estigma de las enfermedades mentales impidió que la gente buscara ayuda, pero hoy sabemos mucho más sobre cómo la salud mental afecta a otros aspectos de nuestra vida. Aun así, muchas personas no son capaces de dar el paso de acudir a un profesional, así que si has llegado hasta aquí, definitivamente merece la pena celebrarlo.
La salud mental es tan importante como la salud física, así que acudir a un terapeuta para mantener una buena salud mental no debería ser muy diferente de hacer ejercicio para mantener una buena salud física.
Comunicarse bien en terapia te ayudará en todos los aspectos de la vida
Permitirte sentir lo que sea que sientas y compartir tu experiencia con tu terapeuta puede ser muy fortalecedor para tu viaje.
A diferencia de un entorno social estándar, no habrá consecuencias negativas por ello. Los terapeutas no te juzgarán. Si se inicia el diálogo, vale la pena ponerlo por escrito y documentarlo.
Aprender a comunicar eficazmente tus pensamientos y sentimientos en la terapia se convertirá, en última instancia, en una habilidad que podrás utilizar en la vida cotidiana.
Piensa en la terapia como un campo de entrenamiento para las conversaciones incómodas o difíciles que inevitablemente tendrás que tener con amigos, familiares, parejas sentimentales y compañeros de trabajo. Si aprovechas al máximo tu entrenamiento, el trato real será mucho más fácil.
¿Cuál es la mejor Terapia Para la Ansiedad?
La ansiedad es una emoción que está vinculada con cualquier situación vital. Cuando esta misma se desborda y llega a ser desproporcionada no sólo se manifiesta de forma física en nuestro organismo sino también a nivel emocional, provocando grandes desequilibrios. Es aquí cuando esta emoción que en principio no es mala sino displacentera deja de ser funcional para convertirse en un problema e incluso en patología cuando adquiere la dimensión de trastorno.
Pedimos ayuda para la ansiedad
Cuando padecemos de ansiedad, llegamos a vernos desesperados y acudimos bien a servicios de la sanidad pública o privadas como: médicos, psiquiatras. Entonces llegamos a sorprendernos como pacientes cuando estos facultativos nos derivan a psicología.
En principio no lo entendemos dado que las manifestaciones o malestares detectados como pacientes son de índole físico (dolores en el pecho, dificultad para respirar, entumecimiento de manos, pies o cuerpo en general, etc), no llegando a comprender ni mucho menos saber que la ansiedad tiene un estrecho vínculo con nuestros pensamientos y la interpretación que hagamos de los fenómenos, estímulos y situaciones vitales a las que nos enfrentamos.
En principio deseamos ponerle fin a la problemática/malestar de forma inmediata por medio de la farmacología. Si bien es cierto que esta medida de afrontamiento o búsqueda de solución ante el problema lo aplaca, pero sólo de forma momentánea, comportándose como un ¨parche¨.
Imaginemos por un momento la siguiente analogía: si tenemos un tumor en el cerebro es probable que nos produzcan (entre otros síntomas) dolores de cabeza y que intentemos eliminarlos por medio de analgésicos, disminuyendo o desapareciendo de forma temporal la sintomatología física, pero nunca el tumor.
Es importante que sepamos y tengamos en cuenta que la ansiedad nunca es una causa sino una consecuencia, por tanto debemos entender y atender todo aquello que la produce.
El papel de la terapia para la ansiedad
Llegados a este punto y cuando nos vemos en la imperante necesidad de buscar ayuda para resolver este frecuente problema, lo primero que nos preguntamos es: ¿cuál es la mejor forma de resolverlo?
La respuesta es: mediante terapia psicológica. Aunque es importante decir que según los casos, será conveniente compaginar farmacología con terapia psicológica, debemos tener presente que algunos fármacos producen o pueden producir efectos secundarios y dependencia en el paciente.
Terapia Cognitivo Conductual para la Ansiedad
Por otra parte, considerando la evidencia empírica de los últimos años, la terapia psicológica y concretamente la Terapia Cognitivo Conductual ha demostrado ser la alternativa más eficaz y económica para el tratamiento de la ansiedad.
Cómo funciona la Terapia Cognitivo Conductual
La Terapia Cognitivo Conductual se basa en el concepto de que tus pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas y acciones están interconectados, y que los pensamientos y sentimientos negativos pueden atraparte en un círculo vicioso.
La Terapia Cognitivo Conductual pretende ayudarte a afrontar los problemas abrumadores de una forma más positiva, descomponiéndose en partes más pequeñas.
Se te muestra cómo cambiar estos patrones negativos para mejorar tu forma de sentir.
A diferencia de otros tratamientos hablados, la Terapia Cognitivo Conductual se ocupa de tus problemas actuales, en lugar de centrarse en los problemas del pasado.
Busca formas prácticas de mejorar tu estado de ánimo a diario.
Además de reducir los síntomas de ansiedad y mantener estos cambios terapéuticos a largo plazo, el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios en comparación con el tratamiento farmacológico, tales como:
- una mayor adherencia al tratamiento
- una disminución significativa del riesgo de recaídas
- una elevada tasa de recuperación (es decir, a diferencia de los fármacos, no deja ninguna «patología residual»)
- evitando la cronificación del trastorno
- disminuyendo, consiguientemente, el número de visitas al médico y los días de hospitalización.
De hecho, las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, tanto internacionales como nacionales (como la del National Institute for Health and Clinical Excellence –NICE-), recomiendan la terapia cognitivo conductual como el tratamiento de primera elección para
- el trastorno depresivo leve y moderado
- el trastorno de angustia
- el trastorno obsesivo-compulsivo
- el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas.
Qué ocurre durante las sesiones de Terapia Cognitivo Conductual
Si se recomienda terapia cognitiva, normalmente tendrás una sesión con un terapeuta una vez a la semana o una vez cada dos semanas. El tratamiento suele durar entre 5 y 20 sesiones, con una duración de 60 minutos cada una. Durante las sesiones, trabajarás con tu terapeuta para desglosar tus problemas en sus distintas partes, como tus pensamientos, sentimientos físicos y acciones.
Tú y tu terapeuta analizaréis estas áreas para averiguar si son poco realistas o inútiles, y para determinar el efecto que tienen en cada una de ellas y en ti. Tu terapeuta podrá entonces ayudarte a determinar cómo cambiar los pensamientos y comportamientos inútiles.
Después de averiguar lo que puedes cambiar, tu terapeuta te pedirá que practiques esos cambios en tu vida diaria y hablaréis de cómo te ha ido en la siguiente sesión.
El objetivo final de la terapia es enseñarte a aplicar en tu vida diaria las habilidades que has aprendido durante el tratamiento. Esto debería ayudarte a controlar tus problemas y a evitar que tengan un impacto negativo en tu vida, incluso después de que termine el tratamiento.
La Terapia Cognitivo Conductual en MEJOR SIN ANSIEDAD
Por esta razón en ¨Mejor sin Ansiedad¨ atendemos esta y otras problemáticas haciendo uso de esta corriente psicológica, todo ello sin olvidar la comprensión del problema desde una perspectiva individual, haciendo un buen análisis funcional del caso, estableciendo unos objetivos individuales por parte del paciente y otros consensuados y propuestos por parte del terapeuta.
Lo importante en cualquier caso no sólo es reducir el malestar sino comprender todo lo que supone la etiología del problema, conocer los detonantes y mantenedores del mismo.