¿Qué es la personalidad?

Lo primero que debemos conocer es que la personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades que configuran y definen la conducta y forma de ser de una persona ante determinadas situaciones, al mismo tiempo que diferencia a un individuo de otro. Se ha intentado relacionar este constructo “personalidad” con la ansiedad.

Por otra parte, diversos autores han desarrollado modelos explicativos sobre la ansiedad-personalidad. Por ejemplo, Spielberger (1975), desarrolla la Teoría Ansiedad Estado-Rasgo, en la que distingue de manera conceptual y operativa cada uno de estos dos conceptos. La ansiedad-estado, según este autor, se entendería como un «estado emocional» inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos. 

Por su parte, la ansiedad-rasgo hace referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo, incluso se habla de su heredabilidad. Contrariamente a la ansiedad estado, la ansiedad-rasgo no se manifiesta directamente en la conducta y debe ser inferida por la frecuencia con la que un individuo experimenta aumentos en su estado de ansiedad, un individuo con alta ansiedad-rasgo tenderá a ver el mundo como un lugar peligroso, a tener un estilo de pensamiento más negativo, hacer interpretaciones catastrofistas y a verse desbordados con la ansiedad que generan estos estilos cognitivos.

La Ansiedad y la Personalidad

La Ansiedad en estas dos modalidades (como Estado o como Rasgo) pueden ser medidas en consulta por medio de cuestionarios específicos. 

Por tanto, si una persona puntúa alto en Ansiedad Rasgo, probablemente se caracterizará por ser una persona normalmente más nerviosa que el resto, independientemente del entorno o experiencia vital en la que se encuentre. Tenderá a percibir las situaciones más amenazantes con elevaciones en la intensidad de la Ansiedad-Estado, al mismo tiempo. 

Los sujetos con baja o medias puntuaciones en la dimensión Ansiedad-Rasgo, tenderán a puntuar más alto en la dimensión Ansiedad-Estado, viviendo los episodios de ansiedad como estados más transitorios, caracterizados por sentimientos de tensión y aprehensión subjetiva conscientemente percibida, además del aumento en la actividad del sistema nervioso autónomo. Lo que nos indica entonces que podemos encontrar personas que se muestran de forma más frecuente y sostenida ansiosas y eso se debe a sus características más estables de personalidad.

La ansiedad puede ser vencida

Es importante tener en cuenta que aunque tengamos una personalidad con más tendencia a la preocupación, a interpretar el mundo y las situaciones de forma más catastrofista, negativas o peligrosas, podemos aprender y entrenar en terapia estilos de pensamiento más adaptativos, medidas de afrontamiento más eficientes, a regular nuestros estados emocionales (como la ansiedad) y a vivir de una forma más placentera. 

«No siempre puedes controlar lo que ocurre en el exterior. Pero siempre puedes controlar lo que ocurre en tu interior» – Wayne Dyer

Por otro lado, existen características de personalidad que pueden ayudarnos a contrarrestar estos rasgos de personalidad ansiógenos como: 

  • Resiliencia – tu capacidad para resistir la adversidad y recuperarte y crecer a pesar de los reveses de la vida
  • Extroversión – las personas con un alto grado de extroversión tienden a buscar la estimulación social y las oportunidades de relacionarse con los demás
  • Decisión – aprende a tomar decisiones más fácilmente
  • Independencia – aprende a ser más independiente
  • Seguridad – construye tu confianza en ti mismo
  • Tolerancia a la frustración – aprende a ser más tolerante
  • Positivismo – aprender a prestar atención a nuestros pensamientos y creencias racionales
  • Adaptabilidad – aprender a adaptarse puede ayudarte a afrontar los cambios que están fuera de tu control
  • Flexibilidad – encontrar un equilibrio entre estructura y espontaneidad
  • entre otros. 

Todas las anteriores mencionadas también se pueden entrenar o fortalecer en terapia. En Mejor sin ansiedad somos especialistas en el área y podemos ayudarte en ello.

Otros factores influyentes en la ansiedad

Por otro lado, no debemos olvidar otros factores influyentes en la ansiedad que no estar relacionados propiamente con la personalidad, como pueden ser:

  1. La etapa del ciclo vital en la que nos encontremos: los adolescentes suelen padecerla ya que suele ser una etapa crítica identitaria y emocional, en la que se empiezan a tener responsabilidades, en ocasiones pocos o deficientes recursos de afrontamiento. En el caso de las etapas más adultas, nos encontramos con los cambios vitales, problemas económicos, toma de decisiones importantes y responsabilidades como comprar una casa, casarse, tener familia, etc. En la tercera edad, nos encontramos también con las dificultades de responder a las enfermedades, dificultades en el autocuidado, aceptación de nuevos roles (bien sea de índole social como ser abuelos o ya más de índole laboral como la jubilación), entre muchos otros.
  2. Situaciones vitales inesperadas, colectivas y objetivamente estresantes: por ejemplo, en este caso podríamos mencionar los recientes períodos de confinamiento, incertidumbre y estrés colectivo producidos por la pandemia (COVID), también podríamos mencionar situaciones de guerra o conflictos sociales que producen malestar y perjuicios incuantificables.
  3. Experiencias traumáticas: cabe destacar que este tipo de experiencias pueden llevar al sujeto a padecer no sólo de estrés sostenido y ansiedad, sino también a generar heridas emocionales muy profundas que se convierten incluso en trastorno, como es el caso del Trastorno de estrés Post Trauma (TEPT), que es uno de los trastornos del grupo de Ansiedad. Incluso podemos llegar a no padecer el TEPT pero sí a generar un Trastorno Adaptativo que se compone de síntomas de fuerte ansiedad y bajo estado de ánimo. Puede ser por la muerte de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, la pérdida del trabajo o un cambio de país (entre otras situaciones).
  4. Padecer alguna enfermedad mental: dado que dificulta el procesamiento, en sí misma produce malestar y dificulta la puesta en marcha de mecanismos de afrontamiento.
  5. El género: las mujeres estadísticamente padecen 2 ó 3 veces más ansiedad que los hombres, esto es debido a los embarazos, desregularizaciones o cambios hormonales y la mayor prevalencia en trastornos del estado del ánimo como son: 
    • Los Trastornos de Ansiedad Generalizada (TAG) La tasa de prevalencia es del 4% de los hombres, frente al 7% en mujeres
    • Trastornos de pánico o Angustia, las Fobias Específicas (como a la sangre, jeringuillas, animales, ascensores, aviones) tienen una prevalencia del 5% en hombres y del 11% en mujeres
    • Trastorno de Estrés Post Trauma. La tasa de prevalencia es del 10% en mujeres, frente a un 5% de hombres.

En Mejor sin Ansiedad no sólo podemos hacer un estudio de personalidad que te ayude a conocerte y entender mejor tu conducta, forma de pensar y emociones, sino también atendemos las necesidades de cada individuo, confeccionamos un plan de tratamiento a medida y te ayudamos a mejorar tu calidad de vida.