El origen de los problemas de Pánico y Agorafobia

El origen de los problemas de Pánico y Agorafobia

¿Por qué aparecen y cómo se desarrollan?

Para poder entenderlo, es necesario introducir el concepto de Condicionamiento Clásico. El Condicionamiento Clásico es una de las formas básicas de aprendizaje de conductas nuevas. Consiste en que una situación, que previamente no suscita ningún tipo de reacción emocional, al asociarse a otra, sí que produce una determinada reacción, adquiere la capacidad de provocar una reacción emocional parecida. Por ejemplo, imaginemos una persona a quien gustaba conducir. Sin embargo, un día tiene un accidente de tráfico; no se hiere, pero se asusta muchísimo. A partir de ese momento, algo sucede, empieza a tener mucho miedo de conducir. Cada vez que sube a un coche, su mente se ve invadida por pensamientos e imágenes catastróficas de terribles accidentes, y su cuerpo reacciona sintiendo una gran activación fisiológica. Podemos decir, que esta persona ha aprendido a tener miedo por Condicionamiento Clásico.

Pánico y Agorafobia

Este mismo fenómeno de aprendizaje produciría los problemas de pánico y agorafobia. Veamos cómo sucede. Una persona se encuentra bien, haciendo sus actividades cotidianas y de pronto, empieza a notar un gran malestar que va en aumento, nota taquicardia y ahogo, se asusta mucho, cree que le está sucediendo algo muy grave, quizá que esté sufriendo un ataque cardíaco y reacciona, en consecuencia, yendo a la sala de urgencias del hospital más cercano. A partir de este momento, aunque en el hospital le aseguran que no le pasa nada, algo sucede, cada vez que nota una mínima sensación en el corazón o en su respiración, automáticamente piensa que va a tener un infarto, su organismo se acelera y corre a urgencias. Ha aprendido por Condicionamiento Clásico a tener un trastorno de pánico.

Lo que realmente ha sucedido aquí, y eso es lo que ocurre en los trastornos de pánico, es que, en un primer ataque, se asocia el enorme malestar fisiológico experimentado, a sensaciones internas fisiológicas inocuas. Es decir, a partir de ese primer ataque, cada vez que se percibe un pequeño cambio corriente en el organismo, la persona, como fruto del Condicionamiento Clásico, se pone muy ansiosa. Lo que antes no producía ninguna reacción de miedo, y que incluso ni siquiera se percibía, ahora se conceptualiza como la señal de “lo peor”. Estos pequeños cambios corporales son producidos o bien por variables del propio organismo (proceso digestivo, ovulación, ritmos biológicos) o bien por actividades externas (ejercicio, cambio postural brusco, entumecimiento matinal, relajación).

Un fenómeno común a la respuesta de ansiedad es que, el sujeto está pendiente de las situaciones amenazantes. Desde un punto de vista de supervivencia de la especie, esto tiene mucho sentido. Nuestros antepasados primitivos, enfocaban su atención selectivamente hacia los depredadores y ello contribuía a que sobreviviera. Desafortunadamente, este fenómeno juega en nuestra contra cuando sufrimos un trastorno de ansiedad. Desarrollamos una sensibilidad hacia las señales de peligro, y en esa línea, una persona con pánico está enormemente sensibilizada hacia sus cambios corporales. En cuanto nota la mínima variación, su programa de pánico se dispara. Esta es la auténtica explicación de los ataques de pánico súbitos; no es que no haya señal productora del pánico, es que la señal, está en el propio organismo.

El fenómeno de la Generalización

Otro proceso que contribuye a la creación de un problema de pánico es el fenómeno de la GENERALIZACIÓN. Esto significa que, a partir de la primera asociación, por similaridad, se aprende a tener miedo también ante otras situaciones parecidas. Así, una persona que condicionó clásicamente en un ascensor, es posible que con el tiempo generalice a otros espacios estrechos y cerrados como una cabina telefónica, una habitación pequeña o un cuarto de baño. En pánico, sucede lo mismo, sólo que, como las situaciones temidas son sensaciones corporales, la generalización se va haciendo a otras sensaciones corporales, y a ello contribuye enormemente el fenómeno de visión de túnel o autovigilancia comentado anteriormente.

Para complicar más las cosas en una persona con un pánico incipiente pueden ocurrir nuevos condicionamientos. Si una persona sufre un ataque de pánico en una determinada situación, además de asentar todavía más férreamente la asociación a las sensaciones internas, puede condicionar a la situación exterior, y así aparece el miedo y la evitación agorafóbica. Si el ataque de pánico se da conduciendo, es muy probable que se condiciones a la situación de conducir. Así se empieza a desarrollar el miedo a determinados lugares. Es más, ni siquiera es necesario que se de un auténtico condicionamiento, es decir, que la persona sufra un ataque de pánico en esa situación, basta con que crea que podría tener un ataque allí. Por ello, las situaciones agorafóbicas temidas suelen ser lugares o circunstancias donde el escape es difícil o embarazoso socialmente y la posibilidad de recibir ayuda es escasa, como estar a solas en casa, grandes almacenes, no traer la pastilla en el bolsillo, alejarse de casa, aviones, transportes públicos, parkings o ascensores.

¿Pero, por qué sucede el primer ataque?

La investigación demuestra que hay dos grandes tipos de factores que pueden provocar un primer ataque.

1. Estrés psicológico: que una persona esté en una situación vital que le produzca una gran presión, como problemas o exceso de trabajo, problemas de pareja o de familia, situación de examen y preocupación por un problema médico personal o de un familiar.

2. Conjunto de reacciones fisiológicas no peligrosas pero desagradables y desconocidas para el sujeto. Como hipoglucemia, bajadas bruscas de presión arterial, hiperventilación, las sensaciones que aparecen ante cambios bruscos de temperatura ambiental, intoxicación cafeínica, consumo de drogas, postoperatorio y convalecencia de enfermedades debilitantes.

También pueden considerarse otras variables consideradas predisposicionales, es decir, que hay personas que son más vulnerables a condicionar si sufren estos acontecimientos. Puede ser por una tendencia a ponerse nervioso, es decir, tener un sistema nervioso más reactivo, o psicológica, que es una tendencia a preocuparse un poco más por las cosas en comparación con los demás en temas relacionados con la salud.

Sin embargo, aunque la vulnerabilidad biológica y psicológica aumentan la probabilidad de que se produzca un condicionamiento en un primer ataque de pánico, en muchos casos encontramos que, sin esta vulnerabilidad, también se puede producir. El ingrediente fundamental es sufrir un ataque de pánico, y en él, condicionar.

En Resumen

En este escrito se presenta una explicación de cómo se gestan los problemas de pánico y agorafobia. Se considera de vital importancia la ocurrencia del fenómeno o evento que nos haga sentir esa fuerte sensación de miedo o pánico, además del o de los estímulos que se asocien (condicionen) con el mismo, es importante entender que algunos individuos son más propensos que otros para sufrir de pánico o agorafobia, bien por sus estilos o esquemas mentales marcados de interpretación, por sus rasgos de personalidad, su sistema neurobiológico.

Por fortuna, existe un tratamiento psicológico efectivo que permite combatir y erradicar este trastorno. La corriente psicológica Cognitivo Conductual posee técnicas que han sido validadas empíricamente.

Si sufres de agorafobia o has tenido un ataque de pánico te recomendamos ponerte cuanto antes en tratamiento psicológico, este mismo puede realizarse de forma online de forma muy exitosa.


La importancia de la comunicación en la pareja

La importancia de la comunicación en la pareja

Una buena comunicación es vital para la relación de pareja, pues asegura que la otra persona conoce nuestros deseos y necesidades, permite compartir momentos y vivencias. Es la llave para poder solucionar otros problemas.

Los principales problemas relacionados con la comunicación que presentan las parejas se centran, fundamentalmente, en el modo de realizar la comunicación y en su contenido, tanto en sus aspectos verbales (déficit en la transmisión de información, comunicación indirecta y confusa, conversaciones poco fluidas…) como en los aspectos no verbales (inadecuado contacto visual, tono incorrecto, actitud de no escuchar…). La comunicación afectiva y sexual puede incrementar su armonía si sus protagonistas se informan sobre cuáles deben ser los criterios adecuados para generar el cambio necesario que estrecharía más sus niveles de amor y de convivencia.

Saber cómo decir lo que no nos gusta del otro, saber cómo criticar el comportamiento sexual de forma que no produzca incomodidad, es el primer paso para una estable compenetración sexual y afectiva. Criticar consiste, no en gritar al otro lo que ha hecho mal, sino en dar criterios para cambiar, en informar al otro miembro de la pareja clara, precisa y simplemente de la conducta concreta que queremos que cambie.

¿Cómo mejorar la comunicación? Saber decir las cosas es una cuestión de aprendizaje

1. Recordar que nadie es perfecto. El tener esto presente ayuda a ser más tolerante con los fallos de los demás.

2. No obligar a adivinar o suponer. Algunas personas piensan, erróneamente, que el amor proporciona a sus parejas el don de la clarividencia, y que no hace falta hablar para conocer las apetencias y necesidades (“si me quiere debe conocer lo que quiero, si se lo digo yo pierde el encanto”). Esta creencia suele ser el punto de partida de un sistema de comunicación distorsionado. Además, será una fuente constante de frustración para ambos miembros. La persona que no comunica esperará acciones de su pareja que nunca ocurrirán, aun cuando exista en esta la mejor de las predisposiciones a complacerla. La otra parte realizará muchos actos que no serán efectivos para su pareja.

3. Observar las críticas como una oportunidad que hay que aprovechar para cambiar y aprender. Para dar y recibir más placer. Para descubrir más aspectos de intimidad en la pareja y no percibirlas como una ataque.

4. Elegir el sitio adecuado para llevar a cabo la comunicación. Ejemplo, no es conveniente discutir las cosas en la cama, delante de amigos o de los propios hijos.

5. Mirar atentamente a los ojos de la otra persona y dedicar toda nuestra atención a lo que estamos diciendo y a las reacciones que nuestra crítica provoca en la otra persona. No es adecuado estar haciendo a la vez otra actividad. Cuando se quiere comunicar se debe dedicar toda la atención y esfuerzo a ese objetivo.

6. No criticar aquellos aspectos que no se pueden cambiar.

7. Empezar siempre con un comentario positivo sobre el otro.

8. Decir exactamente qué es lo que no nos gusta. Esto tiene que ser algo concreto. Es ineficaz decir: “no me gusta cómo me haces el amor”, es demasiado general; lo adecuado sería decir: “no me gusta cuando me tocas los muslos de esta forma”.

9. No generalizar, no avergonzar, no culpar, no ridiculizar es fundamental para que la crítica funcione, es decir, provoque el cambio esperado.

10. No ordenar ni imponer.

11. Decir exactamente cómo nos gustaría que lo hiciese y mostrárselo con un ejemplo.

12. Ofrecer ayuda para producir el cambio que se desea. Tomar iniciativas que hagan más fácil el cambio.

13. Expresar con claridad lo que el otro hace, en las circunstancias que lo hace y los sentimientos que a usted le provoca, sin hacer juicios de valor ni
acusaciones (criticar la conducta no a la persona).

14. Asegurarse que el otro ha entendido lo que queríamos decir.

15. No saltar de un tema a otro. Siempre se tiene que intentar modificar una conducta no varias al tiempo.

16. El tono de voz debe ser positivo o, al menos, neutro.

17. Mostrar abiertamente el reconocimiento y el agradecimiento por la aceptación de la crítica.

18. Valorar clara y expresamente con cierta frecuencia las cosas placenteras que se reciben de la pareja, teniendo en cuenta los esfuerzos que el otro miembro de la pareja realiza.

Recomendación

Acudamos a terapia de pareja para mejorar el estado de nuestra relación, aprender a tener una mejor comunicación de pareja y evitar desarrollar problemas que puedan atentar contra nuestra relación.

En Mejor Sin Ansiedad podemos hacer una evaluación de vuestro estado en la relación de pareja, ayudaros a mejorar o a resolver cualquier problemática ya existente o evitar las mismas, lo importante es actuar.


¿Qué puedo hacer para mejorar mi relación de pareja?

¿Qué puedo hacer para mejorar mi relación de pareja?

Las relaciones de pareja, son algo que prácticamente a todos nos interesa, puesto que independientemente del grado de intimidad alcanzado en la relación, casi todos tenemos, hemos tenido o probablemente tendremos una relación de pareja en un futuro, bien sea hombre-mujer, hombre-hombre o mujer-mujer.

¿Qué es una relación de pareja?

Es un vínculo afectivo mediante el cual se pretende compartir una serie de cuestiones como; intereses, metas, proyectos, objetivos.
Generalmente existe el mito de que en una relación de pareja, los miembros deben de unificarse, ser uno sólo; aunque existen matices. Si bien es cierto que es muy importante
una puesta en común entre ambos y que ayuda la concordancia en aspectos como: religión, clase social, etnia, cultura, ideologías,… la autonomía personal y la propia identidad no debe perderse en una relación (como tan frecuentemente ocurre en relaciones de maltrato o dónde uno de los miembros es muy posesivo/a). Para ser 2, es preciso primero ser 1 + 1, si una relación sentimental paga el precio de la pérdida de la propia identidad, está condenada a no producir goce ni felicidad a quien la ha perdido en la relación y a quien es amado por él. La pérdida de las señas de la propia identidad es una de las principales causas de las crisis de pareja y proporciona el sentimiento de la anulación de la personalidad.

Remedios para mejorar una relación de pareja

1. Borrón y cuenta nueva

Éste generalmente es el punto de partida para empezar a arreglar una situación conyugal. Especialmente cuando ésta es difícil, es necesario esforzarse por asumir y digerir el pasado.

2. Esforzarse por no sacar la lista de agravios

Es el inventario de pequeños y grandes errores, fallos, defectos y fracasos que se acumulan tras la convivencia. Éste aspecto suele dificultar en gran medida el diálogo y de lo que se trata es de que se de.

3. Respeto mutuo en 3 direcciones

De palabra, obra y por gestos.

4. Para estar con alguien primero hay que estar con uno mismo

Hace referencia a saber lo que se quiere, tener las ideas claras sobre los temas importantes de la vida –entre ellos la pareja-; ser estable, realista con las posibilidades de uno mismo, satisfecho.

5. Poner argumentos a la vida conyugal

El aburrimiento es uno de los grandes enemigos de las parejas modernas. Al decir argumental, se hace referencia, a que la vida humana tiene que tener objetivos, proyectos, motivos e ilusiones para compartir conjuntamente.

6. Vida sexual sana, positiva y centrada en la comunicación

Compartir experiencias y fantasías, siempre y cuando haya acuerdo, respeto y comunicación por ambas partes.

7. Evitar discusiones innecesarias

Generalmente poco a poco las discusiones erosionan una relación sin que nos demos cuenta. Siempre y cuando se pueda y no sea de aspectos importantes o que nos inquieten, hay que evitar discutir por cuestiones sin importancia, especialmente discusiones que no resuelven nada, sólo el desahogo emocional pasajero.

8. Hacer repetidos esfuerzos de voluntad para mejorar y pulir las dificultades de la convivencia

Se trata de llevar a cabo conductas, anticipando las consecuencias negativas posibles que pudieran darse.

9. Echarle a la vida sentido del humor

Hay parejas que se pasan el día dramatizando situaciones, haciendo de un granito una montaña, sacando cosas de contexto. El llevar las cosas con sentido del humor, el favorecer la sonrisa, o la carcajada, liberará endorfinas que nos harán sentirnos mejor y lograr un buen nivel de higiene mental.

10. Aprender a remontar momentos, días o situaciones difíciles

Es imposible pensar, que no se dan en pareja días malos o que vayan a aparecer reacciones ambiguas. Debe procurarse llevar a cabo una comunicación efectiva, en la cual
los aspectos verbales y no verbales sean congruentes. Que el mensaje emitido sea claro, sin ambigüedades.

11. Saber escuchar, aprender a dialogar y adquirir habilidades de comunicación

Deben evitarse sarcasmos, burlas, gritos, amenazas o regañinas por cualquier motivo. Una comunicación efectiva, es aquella en la cual cada comunicante es a la vez emisor y receptor de mensajes. Cuando el mensaje es claro, concreto y reconocible por un observador objetivo. Para discutir hay que partir de un principio y querer buscar una solución. Aprender a eludir áreas sensibles y dolorosas para uno de los miembros y aprender a centrarse en el tema y no irse por las ramas.

12. Hacer uno de la diplomacia o mano izquierda

Es decir, procurar ser hábil en el trato. Actuar con cortesía, tacto, saber callar a tiempo y reconocer los errores,…

13. Días rosas

Se trata de que uno de los cónyuges, por ejemplo una vez al mes o cada 2 semanas, procure hacer todo lo posible para agradar a la otra persona.

14. Saber que la vida tiene activo y pasivo

Es decir, que en toda relación habrá buenos y malos momentos; asumiendo que no todo es de color de rosa, pero que eso es algo natural, se da en las mejores familias y al igual que no dura siempre una situación de felicidad, tampoco una de malestar.

15. Frenar la tendencia a controlar, vigilar e inspeccionar al cónyuge

Es decir, que ambos miembros de la pareja se sientan libres y que confíen en ellos. Cuando un miembro se siente controlado, se mantiene en guardia, perdiendo espontaneidad y por tanto la relación puede sentirse afectada.

16. Frenar el lenguaje interior negativo del cónyuge

Es decir, evitar el hacer generalizaciones negativas continuas, centrarse en lo negativo o agrandarlo, sacar cosas de contexto, hacer uso de distorsiones cognitivas: magnificación y minimización, pensamientos dicotómicos, pensamientos negativos anticipatorios, etiquetación, etc.

Recomendación

Si vemos que se nos dificulta poner en práctica estas u otras prácticas es importante que pidamos ayuda profesional, concretamente apuntarnos a una terapia de pareja. La intervención de un especialista nos pueda ayudar a evaluar de forma pormenorizada nuestra problemática y poner remedio a la situación que nuestra pareja esté atravesando.


Cinco conductas saludables que nos indican que nuestra relación de pareja va bien

Cinco conductas saludables que nos indican que nuestra relación de pareja va bien

Una de las grandes preocupaciones del ser humano siempre ha sido los problemas de pareja. No existe una fórmula ideal para el amor. Cada relación, igual que cada individuo, es un mundo y hay numerosas maneras de ser feliz en pareja. Nadie ha de decirte cómo se ha de vivir la sexualidad o las interacciones afectivas. Lo que sí sabemos es lo que no es saludable; qué cosas no debemos permitir o cuando hemos de plantearnos si querer a nuestra pareja no es suficiente para seguir juntos.

Saber cómo diferenciar qué conductas o situaciones son peligrosas en nuestras relaciones, es algo sumamente inteligente, sin embargo, también hay que prestar atención a las cosas buenas que pueden tener estas relaciones. Nuestra pareja puede estar tomando acciones para demostrar madurez y compromiso en la relación, y estas son señales de una relación estable, segura y duradera.

Así que, a continuación, vamos a señalar cinco de las más importantes (que no las únicas):

1. La confianza el uno en el otro

Uno de los puntos de referencia en una relación sana es la profunda confianza mutua. Tu pareja es responsable en general, por ejemplo, si dice que recogerán algo, están allí y son puntuales. Tener confianza en nuestra pareja es una señal súper importante ya que la confianza es un componente integral de una relación, no solo romántica. Poder compartir no sólo nuestra información diaria sobre nosotros con ellos, sino también nuestras vulnerabilidades y deseos hace que la relación sea honesta y de cuidado mutuo.

2. El respeto por los límites y el espacio personal de cada uno

El respeto mutuo que se siente el uno por el otro, no sentir celos si nuestra pareja sale con un amigo o grupo de amigos, si no se siente amenazado cuando pides tener tu tiempo a solas. Es muy importante. Conocer, comunicar y respetar los límites es indispensable en una relación sana.

3. La comunicación es buena

Si nuestra pareja suele estar en las redes sociales mientras hablas, no muestra signos de escucha activa. Por el contrario, si hace contacto visual y te presta atención cuando le cuentas sobre tu día a día, es señal de compromiso y respeto. Además, reconocer y aceptar los sentimientos del contrario y mostrar empatía, hace que te ofrezcan una validación emocional que es importante. En una relación sana, ambas partes deben sentirse aceptadas y saber que sus pensamientos y sentimientos privados importan.

4. Disfrutáis pasando tiempo el uno con el otro

Por supuesto, no se puede decir que una relación sana sea perfecta y esté siempre en lo alto, ya que todas las relaciones tienen sus altibajos. Tener más situaciones favorables que negativas (por ejemplo, 5 o más interacciones buenas en contraposición a 1), disfrutar de la compañía que nos dan y mostrar afecto por ellos, además de la intimidad sexual presente, es indicio de una buena señal o signo saludable.

5. Tu pareja está agradecido por tenerte

Los lazos íntimos en las parejas se fortalecen si nuestra pareja nos aprecia. Es decir, si nos sentimos valorados por nuestras parejas, nos preocupamos por sus necesidades, desarrollando los sentimientos y mostrándonos de manera más leal hacia ellos en una relación a largo plazo. Además, la gratitud nos hace más felices, lo que hace que estas emociones se compartan en la relación, favoreciéndola.

¿Qué hacer si en mi pareja no están presentes estas conductas?

La etapa de enamoramiento en una pareja puede pasar e incluso suele pasar, cuando esto ocurre y no existen elementos (más allá del propio romance, enamoramiento) que sujeten o sustenten a la pareja podría llegar la relación hasta el punto (en muchos casos) de disolverse o de la separación. Al perderse la ilusión inicial y caer en una etapa de desasosiego, aislamiento y poco reforzadora, la pareja puede entrar en una etapa ¨peligrosa¨. Gracias a que la psicología ha estudiado el comportamiento humano y las formas saludables para relacionarlos con los seres humanos, y resolver las crisis de forma positiva, generar cambios e incluso salvar una relación. Sería sumamente interesante y saludable que nos pongamos en manos de profesionales cuando en nuestra pareja se presentan estos primeros signos de disfunción.


¿Cómo se mantiene la depresión?

¿Cómo se mantiene la depresión?

Estamos habituados a usar la palabra “depresión” con excesiva frecuencia. Cuando tenemos un mal día, nuestro estado de ánimo está un poco más bajo de lo habitual o incluso cuando estamos cansados, la expresión que acude a nuestra mente es “estoy deprimido”. Todo el mundo atraviesa períodos de tristeza, de soledad o de infelicidad. Los acontecimientos cotidianos y nuestras reacciones ante ellos, afectan a veces nuestra paz interior.

Cuando estos sentimientos duran semanas o incluso meses, impidiendo que volvamos a adoptar una visión sana de la realidad, es posible que nos hallemos ante una depresión.

La depresión es un serio trastorno emocional que implica cambios importantes en nuestra forma de sentir, de pensar y actuar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. También, como uno se valora a sí mismo (autoestima). Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza.

Entonces, ¿cómo se mantiene la depresión?

El proceso suele ser de la siguiente manera:

1º Pérdida de reforzadores. La persona sufre una pérdida que percibe como crítica.

Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor se manifiesta en dos cambios importantes:

– pensamientos negativos (¿porqué a mí?, es por mi culpa; soy un desastre…)
– sensaciones emocionales y físicas desagradables (apatía, ganas de llorar, problemas en el sueño, etc..)

3º Como consecuencia de pensar así y de sentir esas sensaciones, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Esto es comprensible: si el estado de ánimo está bajo y los pensamientos se tornará oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas. Se suelen abandonar primero aquellas actividades cuyo objetivo es pasarlo bien (salir con amigos, hacer deporte, etc..)

4º Privarnos de estas actividades placenteras que todos necesitamos para estar bien se puede conceptualizar como más pérdida, que se añade a la pérdida de reforzadores original. Lo que a su vez, va a provocar más dolor emocional (pensamientos – y sensaciones desagradables). Ambos provocan más inercia cerrando el circuito de la depresión.

5º Sí este circuito no se cierra en alguno de sus puntos (lo que sí sucede en la mayoría de los casos en que pasamos por una época de tristeza), el siguiente paso será no poder afrontar las actividades que podríamos considerar obligatorias: trabajo, tareas domésticas, etc…. Esto sería de nuevo más pérdida, fortificando aún más el circuito depresivo, y además crearía nuevos pensamientos de desvalorización, inutilidad y poca autoeficacia.

Recomendación indispensable ante el tratamiento de la depresión: Programación de actividades agradables y gratificantes

Como su propio nombre indica, esta actividad consiste en asignar o prescribir aquellas actividades que resultan más gratificantes a la persona en particular.

El objetivo es disminuir la incapacidad para sentir placer (o anhedonia) presente en los trastornos depresivos. No se trata de disfrutar al máximo, sino de aliviar o disminuir parcialmente el grado de tristeza, aumentando la probabilidad de experimentar la gratificación.

Existe una relación causal y directa entre el número de actividades agradables que realizamos y la calidad de nuestro estado de ánimo. Esta relación es tan evidente como para notar los efectos día a día.

Habitualmente, los días más felices de la semana, para la mayoría de las personas, son aquellos en que más actividades placenteras se realizan: los fines de semana. Normalmente, los sábados y los domingos se suelen dedicar a los deportes, a estar con los amigos, a leer, a ir al cine, a salir, a tener relaciones sexuales, y a un sinfín de actividades que provocan que el estado de ánimo sea alto. Este fenómeno es aún más visible durante las vacaciones.

La importancia de recibir satisfacción diariamente no sólo se ve a nivel individual, sino también en parejas y en familias. Es un hecho claramente demostrado que las parejas y familias más felices y unidas son aquellas que comparten más momentos agradables. Sin embargo, este esquema no es matemáticamente perfecto. Una persona puede estar teniendo un día muy agradablemente activo y sufrir un contratiempo, a pesar de haber realizado un buen número de actividades agradables, la aversión provocada por la multa podría “desplazar” el bienestar conseguido, bajando el estado de ánimo. Se podría decir que nuestro estado de ánimo es el resultado de una imaginaria balanza, donde se sopesa la cantidad y la calidad de eventos positivos y negativos. Si queremos subir el estado de ánimo, debemos, por tanto, incrementar la entrada de lo positivo.

El primer paso para aumentar y recuperar el número de actividades agradables que hacías antes de tu problema actual, es saber con exactitud de qué actividades estamos hablando. Para ello haz un listado con las actividades agradables o favoritas , intentando para ello recordar tus preferencias y deseos. Es necesario cambiar el foco de la ansiedad actual que te generan tus preocupaciones y listar las actividades usando la razón y los recuerdos.

Conclusión

Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden mejorar con un tratamiento adecuado. Es probable que hayamos buscado solución a este terrible malestar pero que todavía no tengamos idea de qué es lo que todavía lo hace tan resistente . No se trata de una solución mágica o definitiva, pero si incluimos el tratamiento para la depresión, la técnica ¨actividades agradables¨ como estrategia activadora, con mucha probabilidad obtendremos ganancias positivas. Si estás padeciendo depresión te recomendamos buscar ayuda cuanto antes.