¿Para qué sirve la Ansiedad?

¿Para qué sirve la Ansiedad?

Recordemos un poco algunas situaciones por las que hemos pasado a lo largo de nuestra vida. ¿Te has examinado del carné de conducir?, ¿recuerdas cómo te sentías antes del examen?: eso era Ansiedad. Quizá en alguna ocasión hayas iniciado un nuevo trabajo; ¿recuerdas cómo te sentías el primer día?: eso era Ansiedad.

Por tanto, la Ansiedad

  1. Es una sensación que todos podemos experimentar
  2. Es algo normal en la vida de las personas
  3. Es una reacción o respuesta a acontecimientos de la vida
  4. Nos prepara para la acción o la huída
  5. Puede ser más o menos intensa
  6. Afectará más a unas personas que a otras dependiendo de su carácter
  7. Puede ser necesaria y buena para adaptarse a los problemas de la vida y superarlos 
  8. Puede ser todo lo contrario: perjudicial e inadaptada

¿Qué ocurre cuando tenemos Ansiedad?

La ansiedad tiene su origen en la necesidad de escapar de los peligros. Es decir, los humanos somos animales, que al igual que otras especies debían escapar de los depredadores.

Si nos fijamos, lo que nuestro cuerpo hace cuando se pone nervioso es prepararse para una rápida huída:

  1. Los músculos se ponen tensos para correr más rápido.
  2. La sangre se centra en el sistema motor (músculos y articulaciones) y abandona el sistema cognitivo “pensamos menos” ¿Para qué vamos a pensar?, lo importante es escapar del león, lo más rápido posible.
  3. El corazón bombea más deprisa para oxigenar a los músculos.
  4. Respiramos más rápido para facilitar esta oxigenación.
  5. Se producen cortes de digestión (en casos extremos) ahora no necesitamos comer, lo que necesitamos es escapar.
  6. El intestino y la vejiga se vacían. Cuanto menos peso, mejor, más ligeros y más velocidad.

¿Hasta qué punto es normal la Ansiedad, y cuándo deja de serlo para convertirse en anormal?

Es evidente que cuando la ansiedad es una respuesta a algo que nos sucede, el hecho de sentirla supone que nos interesamos por el problema, tratamos de resolverlo, nos preparamos para ello, etc. En este sentido, la ansiedad es NORMAL. Cuando la ansiedad dificulta el rendimiento, entonces empieza a ser perjudicial, pues provoca sufrimiento y no sirve para resolver las causas que lo motivan.

Es importante distinguir entre:

1. ANSIEDAD NORMAL: adaptativa y útil para resolver problemas de la vida, controlable y lógica, y aunque puede ser incómoda, NO implica un sufrimiento grave.
2. ANSIEDAD PERJUDICIAL: inútil, excesiva, inapropiada; no sirve para adaptarse y por el contrario dificulta el rendimiento y la adaptación.

La ANSIEDAD PERJUDICIAL depende de: Una situación estresante (alarmante), las posibilidades de adaptación del sujeto, tanto genéticas como aprendidas (experiencias tempranas y desarrollo de la personalidad posterior). Por tanto, este tipo de ansiedad desadaptativa aparecerá si: La presión estresante es exagerada en intensidad o persistencia y agota las posibilidades de adaptación, o la reacción del sujeto es exagerada en intensidad, duración o en calidad (de tipo inadecuado), también si el sujeto no tiene las habilidades adecuadas para enfrentarse a situaciones que implican una demanda o un esfuerzo significativo.

Cuando una persona sufre ansiedad (nerviosismo), la propia percepción de este estado supone un factor de mantenimiento muy importante e igualmente generador de ansiedad (vergüenza, sentimiento de inseguridad o invalidez), ya que la autoimagen se deteriora al sentirse incapacitada, al mostrarse ante los demás como un individuo “nervioso”. Es decir, en la respuesta de ansiedad influyen factores cognitivos personales (autopercepción) y otros de interacción social (relación).

Conclusión

La ansiedad es una emoción normal que en principio tiene una función adaptativa para los seres humanos, pero cuando esta emoción se presenta o la experimentamos de forma exagerada o desproporcionada y afecta, interfiere en nuestras vidas, generando un alto malestar físico y psicológico, entonces será el momento para ponernos en tratamiento psicológico. En Mejor Sin Ansiedad, somos especialistas en este trastorno y te proporcionaremos el tratamiento utilizando la modalidad ONLINE, para facilitarte las cosas, no dejándote vencer por las excusas, combatiendo todas las dificultades que te impiden acudir a terapia sin perder efectividad en tu tratamiento.


¿Qué es una Fobia y cuáles son las más comunes?

¿Qué es una Fobia y cuáles son las más comunes?

El miedo es una emoción muy común en las personas. Produce reacciones naturales o una experiencia y conductas adaptativas ante situaciones u objetos que implican un peligro real. Hay miedos que a una edad son normales y que conforme crece un niño van desapareciendo y por tanto no requieren ningún tratamiento específico, ejemplo de ello: el miedo a la oscuridad. Cuando el miedo se da ante situaciones u objetos que no suponen un peligro real ni tampoco es evolutivo, entonces nos encontramos ante un miedo que ya no es adaptativo y es lo que denominamos fobia.

Una fobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso, desproporcionado e irracional, ante seres, objetos o situaciones concretas​ como, por ejemplo, a los insectos o a los lugares cerrados, las personas, etc. y que la mayoría de las personas no las encuentran molestas.

¿Cuáles son las fobias más comunes?

  • Aerofobia: miedo a volar.
  • Brontofobia: miedo a los truenos y los relámpagos.
  • Zoofobia: miedo a los animales.
  • Hematofobia: miedo a la sangre, heridas, jeringuillas.
  • Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados.
  • Agorafobia: miedo a multitudes, espacios abiertos, exteriores, a estar sólo/a.
  • Dentofobia: miedo a ir al dentista.
  • Acrofobia: miedo a las alturas.
  • Necrofobia: miedo a la muerte o a los muertos.
  • Amaxofobia: miedo a conducir.
  • Enoclofobia: miedo a las multitudes.

¿Cuáles son las fobias menos frecuentes?

  • Crematofobia: miedo, rechazo u odio al dinero.
  • Hafefobia: temor a ser tocado.
  • Sofofobia: miedo al aprendizaje o a aprender.
  • Macrofobia: miedo a las largas esperas.
  • Eisoptrofobia: miedo a verse reflejado en un espejo.

Síntomas que se manifiestan ante la fobia

Ante la presencia o exposición del estímulo o situación a la que tememos de forma fóbica (ya que nos produce un gran rechazo y necesidad de escape o evitación), es muy probable que se manifiesten las siguientes reacciones en el sujeto:

  • Miedo inmediato e intenso, ansiedad y pánico cuando estás expuesto a lo que te produce temor, o simplemente piensas en eso
  • Ser consciente de que tus temores son irracionales o exagerados, pero no poder hacer nada para controlarlos (sensación de impotencia)
  • Ansiedad que empeora a medida que se acerca la situación o el objeto, ya sea que se trate de una proximidad temporal o física
  • Hacer todo lo posible por evitar el objeto o la situación, o soportarlo con ansiedad y temor extremos
  • Dificultad para tener un desempeño normal debido a tu temor
  • Reacciones y sensaciones físicas, como sudoración, latidos del corazón acelerados, opresión en el pecho o dificultad para respirar
  • Sentir náuseas, tener mareos o sufrir desmayos en presencia de sangre o lesiones
  • En niños, posiblemente tener berrinches, aferrarse, llorar, negarse a alejarse de la madre o del padre o negarse a acercarse a lo que les produce temor

A grandes rasgos podríamos resumir en dos grupos (físicos y psicológicos) los síntomas presentes en una crisis o respuesta de pánico:

  • Síntomas físicos: sudoración,sensación de pérdida de control,desreslización, respiración anormal, aceleración del latido del corazón, temblores, escalofríos, dolor en el pecho, sequedad de boca, mareos, dolor de cabeza, necesidad de huir, etc.
  • Síntomas psicológicos: pensamientos distorsionados respecto a la situación o estímulo, pensamientos negativos y errados sobre el propio funcionamiento o respuesta fisiológica.

Recomendaciones cuando existe una fobia

Si notas que algunas de las reacciones o síntomas antes descritos están presentes en tu vida y están trastocando tu normal funcionamiento y deterioran tu calidad de vida, es recomendable que pidas ayuda a un especialista a fin de que seas evaluado/a y reconocido el nivel de gravedad de tu trastorno, además de desarrollar un plan de tratamiento pormenorizado en tus necesidades.


¿Qué es la Obsesión y qué relación tiene con la Ansiedad?

¿Qué es la Obsesión y qué relación tiene con la Ansiedad?

Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten y causan ansiedad. Pueden involucrar o estar basados en cosas como: Miedo a los gérmenes o a la contaminación, enfermedades, hacerse daño así mismo o a otras personas, miedo a ser atraído por el mismo sexo sin ser homosexual u homofóbico/a, pensamientos relacionados con el pecado y la religiosidad, pensamientos relacionados con el orden, simetría y forma en la que se colocan los objetos o cosas, miedo a perder o extraviar algo.

Cuando las obsesiones vienen acompañadas de conductas manifiestas de carácter repetitivo y ritualista denominadas compulsiones, entonces estaremos ante lo que se denomina Trastorno Obsesivo Compulsivo, en el caso de que las compulsiones se manifiesten en forma de pensamientos en vez de conductas manifiestas observables por nosotros mismos u observadores externos, entonces estaremos ante un Trastorno Obsesivo Puro. El Trastorno obsesivo es bastante frecuente, afecta al 3% de la población mundial, más de 100 millones de personas, y es el cuarto trastorno psicológico más frecuente, por delante de la anorexia nerviosa, el trastorno bipolar y la esquizofrenia.

¿Qué son las compulsiones y por qué se realizan?

Las compulsiones son comportamientos que la persona que las presenta siente que debe hacer una y otra vez para tratar de reducir su ansiedad o detener los pensamientos obsesivos. Por tanto y como podemos observar, las obsesiones y las compulsiones están íntimamente relacionadas con la ansiedad, dado que los pensamientos repetitivos u obsesiones producen una fuerte ansiedad al sujeto y la compulsión intenta reducir y mitigar esta fuerte ansiedad. Las personas que padecen de obsesiones pueden intentar ignorar o detener sus obsesiones, pero eso solo aumenta su sufrimiento emocional y ansiedad. Finalmente, sientes la necesidad de realizar actos compulsivos para tratar de aliviar el estrés y malestar que provocan. A pesar de los esfuerzos por ignorar o deshacerte de los pensamientos o impulsos que te molestan, estos vuelven una y otra vez. Esto conduce a más comportamientos ritualistas, el círculo vicioso del trastorno obsesivo compulsivo.

Causas del Trastorno Obsesivo

  • Biología. El TOC puede resultar de cambios en la química natural del cuerpo o en las funciones cerebrales.
  • Genética. El TOC puede tener un componente genético, pero aún no se han identificado genes específicos.
  • Aprendizaje. Los miedos obsesivos y los comportamientos compulsivos se pueden aprender al observar a los familiares o de forma gradual a lo largo del tiempo.
  • Antecedentes familiares. El hecho de tener padres u otros miembros de la familia con el trastorno puede aumentar el riesgo de desarrollar trastorno obsesivo compulsivo.
  • Acontecimientos estresantes en la vida. Si has experimentado eventos traumáticos o estresantes, tu riesgo puede aumentar. Esta reacción puede, por alguna razón, desencadenar los pensamientos intrusivos, los rituales y el sufrimiento emocional característicos del trastorno obsesivo compulsivo.
  • Otros trastornos de salud mental. El trastorno obsesivo compulsivo puede estar relacionado con otros trastornos de salud mental, como los trastornos de ansiedad, la depresión, el abuso de sustancias o los trastornos de tic.

¿Cómo se trata el Trastorno Obsesivo Compulsivo?

El tratamiento para este trastorno estará basado no en una ¨cura¨ en sí sino más bien en ayudar al paciente a gestionar el malestar que provoca o producen las obsesiones y evitar que tu vida se trastoque. Dependiendo de la gravedad del trastorno su tratamiento será más intensivo, frecuente o continuado a largo plazo.

Los dos tratamientos principales para el TOC son la psicoterapia (que puede ser realizada en formato ONLINE o presencial) y los medicamentos (en especial los antidepresivos). A menudo, el tratamiento es más eficaz con una combinación de estos.

  • Con la Psicoterapia: principalmente se trabaja desde la corriente Cognitivo Conductual, es un tipo de psicoterapia, eficaz para muchas personas con trastorno obsesivo compulsivo. La exposición y prevención de la respuesta, son las técnicas que se aplican y que han demostrado eficaz empíricamente, implica exponerte progresivamente a un objeto temido o a una obsesión, como la suciedad, y enseñarte formas de resistir el impulso de hacer tus rituales compulsivos. La exposición y prevención de la respuesta requiere esfuerzo y práctica frecuente, con ello se consigue una mejor calidad de vida una vez que aprendas a manejar tus obsesiones y compulsiones. 
  • Con la Farmacología: se puede ayudar al paciente  a controlar las obsesiones y compulsiones del trastorno obsesivo compulsivo, reduciendo la activación general del sujeto y poniéndolo en mejor disposición y provecho ante la psicoterapia. Es importante saber que los fármacos producen efectos secundarios y requieren supervisión psiquiátrica.

En Mejor Sin Ansiedad te animamos para que inicies tu proceso terapéutico, haremos de forma inicial una evaluación exhaustiva y tratamiento enfocado en tus necesidades individuales, recobraremos tu funcionamiento normal y bienestar.


Autolesión y su relación con la Ansiedad y la Depresión

Autolesión y su relación con la Ansiedad y la Depresión

La autolesión no suicida, a menudo llamada simplemente autolesión, es el acto de lastimarse el propio cuerpo a propósito, por ejemplo, con cortes o quemaduras, golpear una parte de su cuerpo con algún objeto, pincharse con algún objeto filoso, incluso un atracón de comida y muchas otras conductas no saludables. Por lo general, no es un intento de suicidio. Este tipo de autolesión es una forma dañina de afrontar el dolor emocional, la tristeza, la ira y el estrés, esto sucede porque la persona no tiene recursos de afrontamiento ante situaciones diversas, para regular sus emociones y resolver las problemáticas reales o subjetivas que llevan al sujeto a ¨necesitar¨recurrir a estas acciones. Algunas personas inician la práctica de las conductas autolesivas porque han escuchado o leído que a otros les ¨reducen el malestar emocional¨ y caen en la trampa de esta conducta disfuncional.

Razones por las que las personas se autolesionan

Las personas pueden autolesionarse por una variedad de razones. Algunos factores que pueden contribuir incluyen:

  1. Dolor emocional: La autolesión a menudo se utiliza como una forma de aliviar el dolor emocional, como la ansiedad, la tristeza/depresión, la ira o el estrés.
  2. Trastornos mentales: La autolesión puede ser un síntoma de trastornos mentales como la depresión, la esquizofrenia, la borderline o el trastorno límite de la personalidad.
  3. Trauma: Las personas que han experimentado abuso, negligencia o cualquier otro tipo de trauma pueden ser más propensas a autolesionarse. En estos casos se hace muy necesario que la persona se ponga en tratamiento para tratar el trauma y la conducta autolesiva.
  4. Presión social: Algunas personas pueden sentir presión para cumplir con ciertas expectativas o imágenes de sí mismos o de los demás, lo que puede llevar a comportamientos autodestructivos.
  5. Falta de habilidades de afrontamiento: Las personas que no tienen buenas habilidades de afrontamiento pueden recurrir a la autolesión como una forma de lidiar con situaciones difíciles.
  6. Como medio de comunicación de su dolor: La persona intenta validar pública o de forma privada sus estados emocionales de malestar y dolor.
  7. Autocastigo: Las personas acuden a esta conducta para autoinflingirse penas porque se consideran malas personas, se odian a sí mismas o son extremadamente autoexigentes, perfeccionistas e intolerantes a la frustración.
  8. Antisuicidio: Se acude a la autolesión porque deseo un castigo pero no morir.

Es importante destacar que la autolesión es un comportamiento peligroso (incluso aunque se crea que se realiza de una forma controlada) y puede tener consecuencias graves para la salud física y emocional. Si alguien que conoces se autolesiona, es importante brindarle apoyo y ayudarlo a buscar ayuda profesional.

¿Cómo se trata en terapia este problema?

El tratamiento más común para la autolesión incluye un enfoque integrado que aborde las causas subyacentes y proporcione herramientas efectivas para manejar el dolor emocional. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen:

1. Terapia psicológica: La terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia dialéctica conductual, puede ayudar a las personas a identificar y cambiar pensamientos y comportamientos autodestructivos.

2. Terapia farmacológica: Los medicamentos, como los antidepresivos, pueden ayudar a aliviar los síntomas de la depresión y otros trastornos mentales que pueden contribuir a la autolesión.

3. Terapia de grupo: Las terapias de grupo pueden proporcionar un entorno seguro y de apoyo para compartir experiencias y aprender de otros que han experimentado la autolesión.

4. Terapia familiar y terapia de pareja: Estos tipos de terapia pueden ayudar a mejorar las relaciones y resolver conflictos en el hogar o en la pareja que puedan estar contribuyendo a la autolesión.

En Mejor Sin Ansiedad somos especialistas en todos los trastornos y problemáticas que se derivan de la ansiedad y la depresión. Sin duda te ayudaremos a que consigas regular tus emociones e inhibir cualquier conducta desadaptativa y peligrosa, como es el caso de las autolesiones.


10 señales que nos indican que deberíamos acudir a un psicólogo

10 señales que nos indican que deberíamos acudir a un psicólogo

Es bastante habitual encontrase con personas que postergan la atención al malestar psicológico, es posible que esto ocurra por muchas razones, algunas que escapan de nuestro control como es el económico, en ocasiones y debido a la  deficiente forma de funcionar del sistema sanitario público/gratuito (no por negligencia o impericia sino porque este mismo se encuentra saturado desde hace años, encontrando una mayor demanda para el poco número de sanitarios que atienden), el paciente se ve en la necesidad y casi obligación de buscar ayuda de forma privada, en ocasiones el mismo no se lo puede permitir y es cuando lo deja de lado.

En otras ocasiones el laxar la atención del mismo responde propiamente a otras cuestiones más de índole subjetivo y de decisión, nos referimos propiamente a la subestimación del problema y del alcance del mismo, a la no contemplación de la posible cronificación. Otra de las posibles razones esta explicada por el estigma y la demonización hacia aquello que está relacionado con la salud mental (aunque cabe destacar que en la actualidad esto va perdiendo fuerzas y la población mundial definitivamente está derribando este disfuncional estigma). Podemos encontrarnos que los problemas de la vida, trastornos emocionales y mentales nos llevan a los seres humanos a experimentar malestar subjetivo fluctuante, esta fluctuación puede llevarnos a confundirnos, hasta el punto de creer que desaparecerá espontáneamente, de la misma forma en la que fluctúa sin darnos cuenta de que estamos incurriendo en un craso error.

Ahora bien, pesemos en positivo, miremos hacia un mejor y saludable futuro, aprovechemos los recursos y las facilitaciones como puede ser la terapia online que nos acerca a las posibilidades de atender no sólo a nuestra problemática psicológica sino también a los ahorros que nos representa este formato de eficaz y eficiente asistencia, abramos nuestra mente, seamos valientes ya afrontemos el malestar. Desde Mejor Sin Ansiedad te animamos a que des comienzo a tu proceso terapéutico.

10 señales básicas parara acudir a un psicólogo

A continuación, ofreceremos 10 de los que consideramos señales básicas parara acudir a un psicólogo:

  • El bajo estado de ánimo no es fluctuante, sino que este mismo se ha instalado en tu vida. Te encuentras deprimido la mayor parte del día, todos los días y esto viene ocurriendo desde hace más de una semana. Incluso los pensamientos de muerte o de ¨desaparecer¨ de hacen muy frecuentes.
  • Ha ocurrido un episodio traumático para ti como puede ser la pérdida de un ser querido, de un trabajo, una enfermedad, divorcio, agresión, etc. Tienes flash bag o rememoras mucho el acontecimiento, tienes pesadillas con ello, interfiriendo significativamente en tu vida y salud en general.
  • Recurrencia de pensamientos de índole intrusivos y negativos, que provocan malestar, ansiedad, te paralizan, aíslan, te llevan a recurrir a realizar conductas (incluso extrañas y hasta repetitivas) hasta conseguir bajar la ansiedad/malestar que producen estos pensamientos.
  • Presentas acusados y frecuentes desregularizaciones en el sueño (insomnio, parasomnia), en la conducta alimentaria, aumento de peso acusada o incluso pérdida del mismo en un tiempo corto (sin hacer dieta y exento de patologías fisiológicas conocidas).
  • Recurres a sustancias, conductas (alcohol, autolesiones, drogas, juego, sexo, compras compulsivas, etc) con el fin de ¨fugar¨ ante el malestar que te producen de forma consciente o no consciente algunas situaciones de la vida.
  • Te cuesta relacionarte con las personas, bien porque te cuesta ¨leer sus emociones¨, no sabes establecer límites, te cuesta decir que no, te bloqueas ante las interacciones con más de dos personas o al hablar en público.
  • Perdiste el interés por todo en la vida, sientes depresión, sientes insatisfacción incluso por aquello que en el pasado te producía, alegría, entusiasmo, interés y placer.
  • Tu autoestima va de mal en peor, cada día te quieres menos, confías menos en ti.
  • Te cuesta mucho regular tus emociones, incluso hasta el punto no sólo de producirte labilidad sino problemas con los demás y producirte un gran malestar emocional.
  • Nos encontramos estancados, somos incapaces de tomar decisiones, concentrarnos, memorizar.

¿Cómo es la intervención ante estas problemáticas?

Lo primero es establecer unas primeras sesiones que nos servirán para evaluar, hacer un análisis funcional del problema, una devolución de lo evaluado, establecer unos claros objetivos consensuados y un definido plan de tratamiento.

Desde la primera consulta te llevaras pautas, tareas y una línea de trabajo. En Mejor Sin Ansiedad podemos ayudarte. 


El aburrimiento no es depresión

El aburrimiento no es depresión

El aburrimiento, la tristeza e incluso el sentimiento de vacío no es depresión, es importante establecer esta diferencia, principalmente porque la persona que puede estar experimentando otros síntomas o sensaciones de índole no placenteras puede entrar en conclusión errada y agravar un estado subjetivo, cronificando el mismo y no sabiendo poner punto y final a la situación, ¨enredando¨ y complejizando el malestar emocional. Depresión y aburrimiento pueden estar claramente confundidos porque en ambos se manifiestan la melancolía, tristeza, apatía, desazón, estrés y niveles de estrés patológicos.

El aburrimiento al igual que cualquier estado emocional puede ser fluctuante, variar según las situaciones y ocasiones. En algunas oportunidades o casos esta puede tornarse crónica, llevándonos hasta el punto de no saber salir de ella y además trastocar nuestro autoconcepto, hasta el punto de entendernos y etiquetarnos erróneamente como personas ¨aburridas¨, carentes de interés por nada e incapaces de disfrutar de la vida, este estilo cognitivo erróneo paradójicamente sí nos podría inducir a estados depresivos.

Ahora bien, pasemos a describir y reconocer los síntomas o características de un estado crónico de aburrimiento.

Síntomas del Aburrimiento Crónico

Los síntomas más comunes son:

  • Dificultades para concentrarse en muchas de las actividades cotidianas, desde leer hasta ver la televisión, independientemente de la importancia o profundidad que tenga la tarea. Es probable que descubras que tienes la mente en otra parte mientras trabajas, estudias o conversas con alguien, en una especie de ¨fuga mental constante¨, en busca de estimulación apropiada que atraiga tu atención.
  • Sensación subjetiva de que el tiempo pasa con extrema lentitud.
  • Crees que el entorno carece de estímulos interesantes, tienes la sensación de que las experiencias gratificantes de la vida se han puesto en pausa.
  • Falta de interés por la mayoría de las actividades, incluso por aquellas que antes te reportaban una gran satisfacción, esta característica puede confundirse con la anhedonia de la depresión (incapacidad para sentir placer).
  • Te resulta difícil encontrar la motivación para emprender nuevos proyectos o actividades, a menudo te parece que se trata de una tarea muy cuesta arriba o una misión imposible.
  • Consideras que todas las cosas que haces son monótonas o carentes de sentido, cuando antes tenían un significado importante para ti.
  • Tienes la sensación de estar atrapado en una vida sin sentido, donde la emoción que prevalece es el hastío. · Sensación de vacío interior, unida a una gran insatisfacción con tu existencia.

Se hace sumamente relevante pedir ayuda ante este tipo de problemáticas, a fin de salir del estado insatisfactorio y poder vivir plenamente.

Entendamos cuáles pueden ser las ganancias o beneficios de exponernos a tratamiento psicológico ante un estado de ánimo crónicamente aburrido:

¿Qué lograrás con la intervención o terapia psicológica para el aburrimiento?

  • Reencontrar la pasión y la motivación para emprender nuevos proyectos o volver a disfrutar de las actividades que antes te satisfacían. Ante estados mentales enrevesados se hace muy complicado encontrar nuevas ideas, pensar positivo o contemplar nuevas alternativas, pensar de forma objetiva y no arremeter hacia uno mismo.
  • Mejorar tu autoconocimiento, de manera que puedas descubrir qué te motiva realmente. Tu terapeuta te puede ayudar a conectar con antiguas motivaciones, gustos y preferencias.
  • Mejorar tu capacidad de autogestión emocional, de forma que puedas identificar mejor tus sentimientos y regularlos.
  • Activar tus recursos internos, de manera que seas tú mismo/a quien cree el entorno estimulante. Te ayudará a confiar en ti mismo y en tus elecciones.

¿Qué debemos hacer en tu intervención?

1. Hacer una evaluación y diagnóstico diferencial, a fin de identificar concretamente a qué se está debiendo este estado emocional, si por un casual existe o está presente un TDAH (trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, un síndrome de ¨estar quemado¨ (burnout) u otro que pueda estar describiendo mejor la etiología del problema.

2. Establecer un plan de tratamiento pormenorizado, ajustado a tus verdaderas necesidades, personalidad y estilo.

3. Dotarte de técnicas que te permitan tener una vida más satisfactoria y regulada, centrada en el presente (como las que ofrecen el Mindfulness), la restructuración cognitiva que permite que tus pensamientos sean más ajustados y adaptativos. Todas las mencionadas y las que puedes descubrir en tu terapia personalizada, te ayudaran no sólo a salir del aburrimiento sino también a interpretar la realidad y vida de una mejor forma.

4. Un psicólogo también se puede convertir en un excelente coaching para que recuperes tu motivación y sentido en la vida.

La terapia en sí es una actividad que puedes incluir en tu horario realista, no sólo como una actividad más dentro de tu estado de aburrimiento, sino como el sentido mismo para salir del mismo, encontrar la llave que abre la puerta a la liberación del incómodo y disfuncional aburrimiento.